El presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, reiteró que no descarta el uso de la “fuerza” para lograr un cambio político en Venezuela y desplazar al presidente en disputa Nicolás Maduro.
El Político
“Hay un falso dilema en la opinión pública entre si la cosa es mediación, negociación y elecciones, o si es quiebre o por la fuerza. Nuestra estrategia abarca cada una de estas áreas, la posibilidad de una transición con el respaldo, incluso, de algunos cercanos a la dictadura, como el caso de militares”, explicó Guaidó.
En función de esto, subrayó que “no podemos entramparnos en que es un camino u otro”. “Nosotros tenemos mil veces más base diplomática y a ellos lo que se les ocurre es aliarse con Irán, el enemigo del planeta”, señaló Guaidó.
Defendió procesos como los que han llevado a su gobierno a controlar recursos en el exterior como la petrolera Citgo o el oro depositado en el Banco de Inglaterra y destacó que las sanciones “son las que han tenido mayor efecto en lo que a presión se refiere”.
Estas gestiones a nivel internacional contrastan con el anuncio del madurismo la semana pasada de la expulsión de la embajadora de la UE en Venezuela, Isabel Brilhante Pedrosa, a la cual dio marcha atrás unos días después. “Imagínate la salvajada que cometió la dictadura al expulsar a la embajadora de la UE, que representa a 27 de esos países”, señaló Guaidó.
Elección a la AN
La legitimidad de Guaidó como presidente encargado proviene de que es el presidente de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición desde 2015, pero hay elecciones convocadas para renovar este órgano para el 6 de diciembre, por lo que, una vez más, surge en la oposición al madurismo la duda de si concurrir o no a estos comicios.
Por el momento Guaidó parece que se decanta por no reconocer el proceso electoral, pero ello conlleva el problema de que el mandato constitucional de la Asamblea Nacional que preside expira el 5 de enero. En ese sentido recordó que la oposición al madurismo ha pactado diez condiciones que deben cumplirse para poder participar en las elecciones.
“Su intención puede ser que el 5 de enero se genere una especie de vacío. El 5 de enero es dentro de seis meses. Es de una gran soberbia por parte de una dictadura creer que van a sobrevivir ese tiempo cuando hay una pandemia, cuando hay millones de dólares de recompensa por quien lo encabeza, cuando no pueden aterrizar ni en Madrid”, apuntó Guaidó.
En particular señaló que “nadie reconoce ese intento burdo de nombrar un árbitro electoral a la medida de la dictadura“, en referencia al Consejo Nacional Electoral (CNE) nombrado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) afín a Maduro. “La dictadura quiere hacerle ver al mundo que ellos quieren ir a elecciones. El mundo no se come ese cuento“, subrayó.
En cualquier caso, Guaidó reconoció un “desgaste”. “El que espera desespera (…). La capacidad de movilización está mermada producto de una pandemia (…). También hay desgaste en la gente, en la dirigencia, en la comunidad internacional por la pandemia”, señaló.
Con respecto a la posibilidad de que sea detenido en cuanto se lleven a cabo las elecciones parlamentarias bajo las condiciones del madurismo, Guaidó advirtió que “detenerme o asesinarme seguramente se ha pasado por la cabeza de la dictadura“. “Ante eso mi única protección ha sido, hasta ahora, el apoyo popular, del parlamento nacional, de la comunidad internacional. Esa es mi protección y, por supuesto, Dios y la Virgen”, remachó..
Fuente: Alberto News