El comisionista de la trama Koldo, Víctor de Aldama, hizo ayer en la Audiencia Nacional un relato completo de la supuestas gestiones que hizo con Venezuela. Según detalló durante más de media hora de declaración ante el juez Ismael Moreno, el Gobierno de Pedro Sánchez le encargó «intervenir» en la política con Caracas, toda vez que Aldama ya había demostrado su capacidad de influencia en América Latina con gestiones fructíferas en México.
Su relato arranca en 2019, con el acercamiento del Gobierno a Juan Guaidó, líder de la oposición a Nicolás Maduro y reconocido internacionalmente como «presidente encargado» del país. Y termina en enero de 2020, con el viaje de la vicepresidenta chavista, Delcy Rodríguez, a Madrid y el «giro» del Ejecutivo de Sánchez, que según su relato habría dado la espalda a Guaidó para «recuperar las relaciones diplomáticas» con el régimen de Maduro.
El papel de Aldama en ese año habría sido central, según su testimonio, valorado ayer por la Fiscalía hasta el punto de pedir su excarcelación por colaborar con la Justicia. El comisionista explicó que el Gobierno deseaba hacer gestiones con Venezuela de forma paralela al Ministerio de Asuntos Exteriores para tomar contacto con Guaidó.
El comisionista pidió «ir con algo a Venezuela para poder abrir negociaciones», dijo ayer, y José Luis Ábalos le proporcionó una carta con el membrete del Gobierno de España. Según Aldama, viajó a Venezuela y le entregó esa carta a Guaidó: «Se le manda un mensaje para decirle que se le va a apoyar en España y se le va a reconocer como presidente de Venezuela, cosa que sucede».
En efecto, Pedro Sánchez reconoció a Guaidó como «presidente encargado» en una declaración institucional en La Moncloa el 4 de febrero de 2019. La fecha es justo un día después de que Sánchez se viera con Aldama en un acto del PSOE y se hicieran juntos la ya famosa fotografía que publicó EL MUNDO el pasado 27 de octubre y que Aldama describió ayer como un encuentro concertado.