La decisión se produjo en un momento tumultuoso en Harvard, así como en las universidades de todo el país, mientras la guerra entre Israel y Gaza intensifica las divisiones, las protestas, las quejas de intolerancia y las preocupaciones sobre la seguridad en el campus.
Pero Gay también enfrentó críticas en otro frente, cuando surgieron múltiples acusaciones de plagio.
Plagio y conflicto de intereses en Harvard
En octubre, en respuesta a preguntas del New York Post sobre su beca, funcionarios de la universidad dijeron que Gay pidió a la Corporación Harvard que realizara una revisión independiente. Esa investigación, que abarcó todo su trabajo publicado entre 1993 y 2019, no fue dirigida por las unidades de integridad de la investigación de la universidad ni por su Facultad de Artes y Ciencias. Esa decisión se tomó para evitar la apariencia de un conflicto de intereses, según funcionarios escolares, ya que esas oficinas dependen del presidente.
Un panel de tres politólogos no afiliados a Harvard y un subcomité de la junta consideraron las acusaciones. La junta anunció que Gay solicitaría correcciones a algunos trabajos para incluir citas o citas faltantes, pero dijo que no había cometido una mala conducta en la investigación.
Gay enfrentó quejas sobre cómo manejó inicialmente esas tensiones, y sus comentarios durante una audiencia en el Congreso en diciembre sobre el antisemitismo en los campus universitarios despertaron intensas críticas.