El Primer Ministro del Reino Unido emplaza a la Unión Europea y advierte que no habrá más vacilaciones, mientras se atrinchera en el Parlamento, donde la Reina Isabel II dirá su discurso con su plan de gobierno el próximo 14 de octubre.
El Político
Boris Johnson planea atrincherarse en Downing Street y retar a la reina Isabel II a que fuerce su dimisión como premier o convoque unas elecciones generales si la UE rechaza su plan para el Brexit y si el Parlamento bloquea la salida de la UE sin acuerdo. Según The Sunday Times, el líder conservador está dispuesto a provocar una crisis constitucional sin precedentes desde que en 1834 el rey Guillermo IV destituyó como primer ministro a William Lamb, conocido como Lord Melbourne.
"A menos que la policía llame a las puertas de Downing Street con una orden de arresto, el primer ministro no se irá", anticiparon al diario londinense fuentes próximas a Johnson, dispuesto a llevar el forcejeo con el Parlamento y con el Supremo a las últimas consecuencias, refiere El Tiempo
El premier recalcó el viernes que las únicas dos opciones son "un nuevo acuerdo" o un "no acuerdo", pero que no habrá una nueva extensión del Brexit y que la salida de la UE se producirá el 31 de octubre como está previsto.
Johnson amenaza por otra parte con sabotear la UE desde dentro y bloquear el presupuesto si el Gobierno británico se ve forzado a una nueva extensión, según The Daily Telegraph. Ha anticipado que puede interceder también ante líderes europeos como el primer ministro húngaro, Viktor Orban, para pedir el veto a una nueva prórroga del Brexit. Johnson iniciará la semana próxima una nueva ronda ante los líderes europeos para defender su plan para las dos Irlandas, pese a las reticencias puestas por Bruselas.
La Unión Europea está cambiando
El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, aseguró que Johnson será "completamente responsable si no hay acuerdo", tras el parón de las negociaciones durante el fin de semana. "Si no cambian su propuesta, no hay una base para poder avanzar", declaró Barnier, tras asegurar que el plan Johnson puede comprometer el Acuerdo de paz del Viernes Santo y volver a implantar barreras aduaneras entre la dos Irlandas.
El secretario del Brexit, Stephen Barclay, admitió por su parte que el Gobierno británico podría "enmendar" algunas de sus propuestas (incluida la salida de Irlanda del Norte de la unión aduanera, en contraste con las declaraciones del propio Boris Johnson en Manchester asegurando que el plan presentado esta semana a Bruselas es "la última oferta".
El líder tory planea volver a pedir la suspensión temporal del Parlamento el martes, alegando esta vez "razones logísticas y de seguridad" para el Discurso de la Reina del 14 de octubre, en el que expondrá su plan de Gobierno.
El fallo de un tribunal escocés ante la demanda planteada por varios activistas anti Brexit que reclaman que el premier cumpla con la ley aprobada por el Parlamento para impedir un Brexit a las bravas si no hay pacto con la UE el 19 de octubrepodría acabar de nuevo ante el Supremo en plena cuenta atrás.
E l 31 de octubre, si los procedimientos en la Eurocámara siguen el curso esperado, Jean-Claude Juncker le pasará el testigo a Ursula Von der Leyen, ex ministra alemana de Defensa, futura presidenta de la Comisión y una europeísta con escaso conocimiento de cómo se hacen las cosas en Bruselas.
Gobierno de Unidad discute la oposición
Las fuerzas de la oposición planean entre tanto nuevas maniobras para impedir un Brexit sin acuerdo, incluida la formación de un Gobierno de unidad como alternativa a Johnson, encabezado provisionalmente por la laborista Margaret Beckett o incluso por el actual presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, que anunció su intención de dejar su cargo el 31 de octubre. La función del Gobierno de unidad sería evitar el Brexit sin acuerdo, pedir a la UE una nueva extensión de tres meses y convocar elecciones anticipadas.
Johnson ha sacado el máximo partido de su forcejeo con el Parlamento y aventaja ya en 15 puntos (38% a 23%) al Partido Laborista de Jeremy Corbyn en el ultimo sondeo de Opinium para The Guardian, que detecta también una bajada del Partido Liberal-Demócrata hasta el 15%.
Consecuencias deconocidas
Si nada se logra antes o si Boris Johnson no respeta el mandato de Westminster, se producirá el Brexit y sin acuerdo, la ruptura de la Unión Europea.
Con tensión en los mercados, agitaciones geopolíticas que dan sustos en comodities clave como el petróleo (por ejemplo, la subida brutal tras el ataque con drones a instalaciones de Arabia Saudí) y la amenaza constante de una guerra comercial, con choques entre Washington y Pekín y sacudidas como los 7.500 millones en aranceles que la OMC autorizó esta semana a EEUU como represalias por ayudas europeas a Airbus, es incomprensible la irresponsabilidad en la pasividad.
El divorcio con la UE del Reino Unido amenaza por un lado con desembocar en una ruptura por las bravas y por el otro con estancarse durante muchos meses más si al final hay una nueva prórroga.
"Durante años, reinó la idea que la construcción europea había avanzado a golpe de crisis; tras cada una, Europa salía más unida y más fuerte. Desde el fracaso de la Constitución Europea en 2005, sin embargo, las crisis no se cierran.
El ambiente en Bruselas no es de apremio. Al revés. Predomina en la burbuja el ombliguismo egocéntrico, muy concentrada en los cambios institucionales, las audiencias en el Parlamento Europeo, los movimientos de miles de sillas de funcionarios buscando destino para el próximo lustro, las luchas de poder entre capitales y familias políticas para hacerse con las carteras que mejor sirven a sus intereses. Y no en los debates estratégicos de las próximas décadas. La amplísima mayoría de los diputados son también novatos, y todavía están haciéndose a la ciudad, la institución y los roles de poder. Y en noviembre dejará el puesto también Donald Tusk, una de las pocas voces que hablan claro sobre libertades, populismos y amenazas al Estado de Derecho.
Antonio Barroso, de Teneo Intelligence en Londres, se sitúa entre los analistas menos fatalistas. "Yo creo que las preocupaciones no se corresponden con la realidad en el corto plazo. Es cierto que hay riesgos que, de materializarse, tendrían un impacto negativo considerable. Estoy pensando obviamente en un Brexit sin acuerdo o una intensificación de la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Pero la situación política en Europa es relativamente estable, y creo que la UE tiene capacidad para enfrentarse a una desaceleración suave", asegura.
Con información de Sundays Time, El tiempo, BBC.