La persecución de venezolanos en Trinidad tiene aval del Estado. Las deportaciones, arrestos y malos tratos no son nada nuevo en la isla. Desde 2018 se multiplicaron las denuncias por la "cacería" de quienes huyen del régimen de Maduro y llegan a Trinidad en busca de refugio.
El Político
El primer ministro, Keith Rowley, dijo en un comunicado que si acepta la calificación de refugiado o de caso humanitario, abrirá las puertas a "pandilleros suramericanos". Así dio un claro indicio del concepto que tiene acerca de los venezolanos.
También señaló que se quiere obligar a Trinidad a aceptar el estatus de refugiado y el tratado internacional. “Todo lo que se les pedirá es que hagan el viaje en bote de siete millas y afirmar que son `refugiados´”, indicó.
También se quejó de que la comunidad internacional "espera que una pequeña nación insular, de 1.3 millones de personas, abra sus fronteras a un vecino que tiene 34 millones de habitantes".
A confesión de parte, relevo de pruebas, dirían los juristas. El propio primer ministro declara oficialmente que no dará estatus de refugiados a los venezolanos y los considera "pandilleros suramericanos".
Pero esa no es la única razón por la cual la persecución de venezolanos en Trinidad es una política de Estado. La otra parte de la historia son los nexos ideológicos y políticos de Rowley con el régimen comunista de Venezuela, liderado por Nicolás Maduro.
Acoso de venezolanos es de larga data
En 2018 el parlamentario venezolano Carlos Valero denunciaba ante La Voz de América la dramática situación de los venezolanos en Trinidad. Los arrestos estaban a la orden del día y el proceso de repatriación jamás se concretaba.
Uno de los episodios más tristes de esta historia de xenofobia y dolor fue el video de los venezolanos en prisión, en 2018. Con uniformes de reclusos, pedían al régimen de Maduro iniciar el proceso de repatriación.
El diputado José Gregorio Correa, presidente de la Comisión Especial de Asuntos Consulares y Migratorios de la Asamblea Nacional, denunció en 2019 el mal trato dado a los venezolanos por parte del gobierno de Trinidad y Tobago.
Nuevamente en agosto de 2020, el diputado Carlos Valero, miembro de la Comisión de Política Exterior de la AN, denunció el trato cruel contra venezolanos por parte del gobierno de Trinidad.
Xenofobia de estado
“El discurso antivenezolano, impulsado por el primer ministro Keith Rowley, ha generado un nivel de xenofobia alarmante en el país caribeño. La cultura de odio se incrementa con la llegada de venezolanos que solo huyen de una crisis humanitaria sin precedentes en nuestro país”, afirmó Valero.
El parlamentario dio estas declaraciones tras la agresión contra la joven venezolana Stefany Flores, quien fue apuñalada y dada por muerta en Trinidad en agosto pasado. Ese mismo mes fueron expulsados de la isla 165 venezolanos, en un barco de carga, sin la indumentaria de seguridad. El hecho constituye una flagrante violación a lo que establecen las normas internacionales de Derechos Humanos.
Valero, en declaraciones a El Impulso, cuestionó que "Rowley sea amigo de Venezuela, solo para los convenios oscuros con el régimen de Nicolás Maduro, pero ignora el tratamiento humanista que debe darle a los migrantes venezolanos, que ya suman más de 24 mil en Trinidad y Tobago".
Esta semana, 16 niños venezolanos fueron deportados de Trinidad en un bote frágil, en condiciones de riesgo para sus vidas, pues había una amenaza de tormenta. El régimen de Maduro no hizo ningún reclamo, solo el presidente interino, Juan Guaidó y su equipo de gobierno hicieron la denuncia y lograron la intervención de la Acnur y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.