Se están cumpliendo 20 años de la invasión a Iraq, una aventura bélica ordenada por George W. Bush que con el pasar de los años ha arrojado uno de los peores balances en la historia de los Estados Unidos.
Especial/ El Político
El 17 de marzo de 2003, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush emitió un ultimátum señalando que se tomarían medidas militares si Saddam Hussein no abandona Iraq en 48 horas.
El 19 de marzo de 2003, Bush, ordenó el comienzo del bombardeo sobre Bagdad, capital de Iraq. Un día después las tropas norteamericanas dieron inicio a la invasión a ese país.
Las fuerzas estadounidenses tomaron Bagdad a principios de abril. El 1º de mayo de 2003, el presidente Bush produjo su famoso discurso “Misión Cumplida”.
Se calcula que murieron 200.000 iraquíes y casi 5.000 soldados estadounidenses. La guerra costó a Estados Unidos unos 2 billones de dólares.
La invasión fue extremadamente controvertida en el extranjero, pero muy popular en EEUU. Una encuesta de Pew de febrero de 2003 encontró que el 66% de los estadounidenses la aprobaba y sólo el 26% la desaprobaba.
Dos décadas después de que EEUU invadiera Iraq, el 61 % de los estadounidenses no cree que EEUU tomó la decisión correcta al invadir Iraq.
A grosso modo este es el resumen de aquella invasión, pero ¿por qué se realizó y por qué hoy día es tan cuestionada?
Por qué es importante
El caos y la destrucción que siguieron a la invasión han hecho que una generación de estadounidenses y sus líderes sean más escépticos sobre el uso de la fuerza militar en el extranjero, en particular en el Medio Oriente.
La invasión derrocó a un brutal dictador pero provocó 20 años de inestabilidad en Iraq y dañó la posición de Estados Unidos en el mundo.
Razones para invadir y destruir
Para tratar de comprender exactamente qué llevó al presidente, George W. Bush, a tomar la decisión de una campaña que resultó tan costosa, debemos situarnos en su tiempo.
El 11 de septiembre de 2001, se había producido el Ataque a las Torres Gemelas, con un saldo de miles de muertos en Estados Unidos
Si bien el responsable de tal masacre fue Osama Bin Laden, el 57% de los estadounidenses en ese momento también creía que el dictador iraquí, Saddan Hussein había jugado un papel en los ataques del 11 de septiembre, según la encuestadora Pew. Había que destruirlo.
Pero lo verdaderamente esencial para esa invasión, cierto o simulada, fue la convicción del presidente norteamericano de que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva.
Todavía en la memoria de muchos quedará la famosa presentación del entonces secretario de Estado, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad de la ONU poco antes de la invasión, en febrero de 2003, donde defendió la intervención estadounidense.
En su intervención el Secretario de Estado, Powell, usó datos que los responsables de Inteligencia le habían garantizado que eran creíbles: fotos, mapas y conversaciones telefónicas interceptadas de altos mandos iraquíes.
Estadounidenses contra la guerra
Dos décadas después de que EEUU invadiera Iraq, según una nueva encuesta de Axios/Ipsos, el 61 % de los estadounidenses no cree que EEUU tomó la decisión correcta al invadir Iraq.
Barack Obama, por ejemplo, hizo de su oposición a la guerra de Iraq un principio central de su campaña presidencial de 2008 y prometió retirarse en un plazo de 16 meses.
Obama retiró las fuerzas estadounidenses restantes en 2011, pero se vio obligado a enviar tropas de vuelta tres años más tarde después de que el ISIS conquistara enormes regiones de Iraq y la vecina Siria.
Donald Trump criticó la guerra en repetidas ocasiones durante su campaña de 2016, afirmando falsamente que se había opuesto a ella desde el principio y desafiando a rivales como Jeb Bush y más tarde Hillary Clinton por apoyarla.
El legado de la guerra tuvo efectos significativos en las políticas exteriores de ambas administraciones.
Cuando Obama estaba considerando una respuesta militar al uso de armas químicas por parte del régimen sirio en Siria, por ejemplo, "sentimos el fantasma de Iraq toda esa semana", dijo Ben Rhodes, uno de los principales asesores de política exterior de Obama, en el podcast "Pod Save the World".
¿Sí o no a la guerra?
Una encuesta realizada en 2022 por el Chicago Council on Global Affairs reveló que la mayoría de los estadounidenses apoyaría una intervención militar en determinados escenarios, como si Rusia invadiera a un aliado de la OTAN.
Pero veamos que encontró la encuesta de Axios/Ipsos publicada esta semana.
Apenas el 31% de los estadounidenses cree que la guerra de Iraq hizo a Estados Unidos más seguro, mientras que el 36% piensa que hizo bien en invadir,
Sin embargo, existe una clara división partidista: el 58% de los republicanos cree que hizo bien en invadir, frente al 26% de los demócratas.
Los estadounidenses más jóvenes, en particular, no creen que hiciera bien en invadir Iraq, aunque mayorías de todos los grupos de edad mantienen esa opinión.
¿Había o no armas nucleares en Iraq?
A 20 años de la invasión de EEUU en Iraq aún hay quienes se preguntan ¿realmente el país árabe tenía armas de destrucción masiva?
Charles Duelfer, en una entrevista con EFE, explicó que Bagdad nunca llegó a entender bien cómo funcionaba Washington, del mismo modo que EEUU tampoco comprendió la lógica iraquí, algo que tuvo consecuencias nefastas para Iraq.
Duelfer formó parte del Grupo de Investigación de Irak (ISG) y es reconocido como el estadounidense que mejor conocía el funcionamiento del régimen de Saddam Hussein.
La Inteligencia de EEUU se basó en "muy pocos datos" para asegurar que Iraq tenía ese tipo de armas y convenció al presidente George W. Bush (2001-2009), de la existencia de ese armamento.
"No es que el presidente Bush se lo inventara", puntualizo Duelfer.
Según Duelfer el 20 de marzo de 2003, los primeros soldados estadounidenses entraron en el territorio de Irak, pertrechados con máscaras de gas, convencidos de que había armas de destrucción masiva.
Ese armamento nunca fue encontrado porque no existía.
El "gran error" de Hussein
A EEUU no le tomó mucho tiempo darse cuenta de su error después de entrar en el país. El punto culminante fue la publicación del llamado "Informe Duelfer" a finales de septiembre de 2004.
Duelfer estuvo al frente del ISG, integrado por 1.700 personas, y elaboró su informe final.
Si bien admitía que no había armas de destrucción masiva en Irak, remarcaba que Saddam había tenido intención de adquirirlas tan pronto como se levantaran las sanciones.
Probablemente el gran error de cálculo del dictador fue no condenar los atentados del 11-S, ya que Washington lo interpretó como un indicio de que estaba vinculado con Al Qaeda, pese a que Sadam "odiaba" la organización terrorista.
Sadam no entendía cómo era posible que EEUU hubiera atacado su país creyendo que tenía armas de destrucción masiva.
Como indicó Duelfer, cuando Washington lanzaba esas acusaciones a los iraquíes no les cabía en la cabeza que EEUU "no tuviera ni idea" de lo que ocurría en su país. Pensaban que lo hacía por algún motivo en concreto o "fines políticos".
Todo indica que la invasión de Iraq fue a todas luces un inmenso error histórico.