La ciudad española Pontevedra se convirtió en una urbe modelo a escala nacional e internacional. ¿La razón? pasó de ser agresiva a saludable pues su alcalde implantó un proyecto que a lo largo de 20 años ha funcionado.
Redacción El Político
Y es que el alcalde de Pontevedra, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores instauró un modelo de ciudad saludable: diseñó la movilidad tanto de automóviles como de peatones que puso en marcha para transformar una ciudad agresiva, tomada por esos mismos automóviles y la contaminación, en habitable y saludable, en la que el peatón tiene preferencia.
En efecto, Pontevedra cuenta con 83.000 habitantes, Pontevedra se propuso cumplir con los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, uno de sus principales logros es la reducción de las emisiones en más del 60% hasta situarse en media tonelada de dióxido de carbono por habitante al año, cuando la media española está en 6,4, según reseñó El País.
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Esto se ha conseguido al retirar el 90% de los vehículos de la ciudad y limitar su velocidad a 30 kilómetros por hora, lo que ha dejado a cero las muertes por atropello. Hasta las bodas y los entierros, con el desplazamiento en coche de novios y padrinos, o el acceso de las comitivas fúnebres al casco histórico están controlados y cronometrados.
Aplicando un corte de cirujano al presupuesto, que ronda los 80 millones de euros, Pontevedra destina un promedio del 5% a inversiones, sobre todo al plan de peatonalización que ha cambiado la fisonomía de la ciudad donde su rico patrimonio cultural convive en armonía con el bullicio del comercio, rodeado de un perímetro asfaltado para peatones y bicicletas. Mientras los negocios han crecido un 30%, el índice de satisfacción de los ciudadanos con el modelo de Lores ha quedado patente en las urnas.