Mariano Rajoy en Pontevedra. Albert Rivera se ha tomado un fin de semana familiar. Pedro Sánchez en Ibiza. No da la impresión, pero éste es un fin de semana de negociación para que pueda haber Gobierno en España.
Los equipos de PP y Ciudadanos están inmersos en el intercambio de propuestas para ver si sellan un acuerdo de investidura que permita a Rajoy sumar a sus 137 diputados los 32 de Rivera. En la negociación, que transcurre con clara predisposición a la cesión por ambas partes, el partido de Rivera no exigirá a su interlocutor la derogación de ninguna ley aprobada por los populares, como por ejemplo la reforma laboral, la Ley de Seguridad Ciudadana o la Lomce.
Se trata de normativas protagonistas de polémicas y debate. «No nos gusta hablar de derogación de leyes, porque eso supone quitar algo que se ha hecho para volver a una situación antigua. Creemos que hay que modernizar las cosas. Algunas de las propuestas que ha sacado adelante el PP con su mayoría absoluta van en contra de lo que propone Ciudadanos. Vamos a pedir que se modifiquen muchas de esas políticas o leyes.
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Pero no derogaciones», explicó ayer José Manuel Villegas, vicesecretario general de Ciudadanos, y hombre fuerte en la negociación con el PP. Los estrategas de Ciudadanos consideran que es prioritario abordar aspectos como la precariedad laboral, la contratación temporal, el paro juvenil, en mayores de 45 años…. Pero desechan la idea de hacer una enmienda a la totalidad. En cuanto a la ley de educación, su prioridad y una de sus grandes exigencias será la firma de un pacto nacional de Educación, para que rija la misma normativa con independencia de quién gobierne.
La derogación de la reforma laboral ya fue objeto de polémica en el acuerdo de Gobierno firmado en febrero entre Ciudadanos y el PSOE. No se recogía expresamente en ninguna página, pero los socialistas explicaron lo firmado suponía una derogación de facto. Ciudadanos, por contra, defendió con firmeza que no era así: «Para nada se deroga la reforma laboral del PP. Hay algunos cambios en cosas muy concretas y limitadas, pero nada más».
Pese a que PP y Ciudadanos buscan sumar al PSOE y por ello negociarán sin excesivas concreciones en las medidas, para que los socialistas no puedan rechazarlas, la no derogación de leyes de Rajoy complica sobremanera que Pedro Sánchez pueda moverse de su voto en contra.Rajoy, no obstante, sigue su campaña de presión al PSOE para que se abstenga. Ayer, tras un paseo por Ribadumia (Pontevedra), dijo: «Estar diciendo que no a todo, no tiene sentido». Y pidió «sentido común» porque «esto no se aguanta más».
Con información de El Mundo