El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, aseguró hoy que "estaría encantado" de trabajar con Cuba ya que "las necesidades son gigantescas", pero subrayó que no se podrá "avanzar" mientras siga en pie la ley Helms-Burton que pesa sobre la isla.
"Me encantaría poder hacer cosas en Cuba, las necesidades en Cuba son gigantescas", indicó Moreno en una conferencia en el centro de estudios Peterson Institute de Washington sobre la posibilidad de que el banco multilateral realice proyectos en la isla caribeña.
Además de las inversiones requeridas en ámbitos como el de infraestructura, el presidente del BID puso como ejemplo la necesidad de que haya estadísticas nacionales fiables en Cuba, "algo básico y que es necesario en cualquier país para el desarrollo y la creación de instituciones".
El gran obstáculo para la reintegración cubana en las instituciones financieras internacionales es la ley Helms-Burton de 1996, que constituye actualmente la columna vertebral del embargo y que obliga a los representantes de EEUU a votar en contra de la entrada de Cuba en estos organismos.
"Hasta que esa ley sea eliminada, y es una decisión del Congreso estadounidense, no veo cómo se va a poder avanzar", dijo Moreno.
Por eso, agregó, todas las grandes instituciones internacionales de desarrollo y financieras están siendo tan "tímidas" con Cuba.
No obstante, valoró como uno de los "grandes logros" de la presidencia de Barack Obama, que dejará la Casa Blanca en enero, es haber normalizado las relaciones entre Washington y La Habana tras medio siglo y "romper esta historia de una guerra fría con Cuba".
Desde el restablecimiento de las relaciones bilaterales, anunciado en diciembre de 2014, el Gobierno de Obama ha adoptado varias medidas para atenuar el embargo comercial vigente desde 1962, el mayor freno para la normalización plena.
Sin embargo, este embargo solo puede ser revocado por el Congreso, actualmente controlado por los republicanos y que se muestran firmemente opuestos a suprimirlo.
Asimismo, la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca no parece acelerar el proceso.
El presidente electo amenazó la pasada semana con poner fin al acercamiento diplomático a Cuba a no ser que el Gobierno de La Habana firme con él "un acuerdo mejor", una advertencia que pone en jaque el futuro del deshielo con la isla, cuyos líderes se resisten a negociar sobre su política interna.
Con información de: EFE