El mercado financiero argentino no esperó al dichoso segundo semestre de 2016. Festejó en el primero. Debe ser, tal vez, por aquello de que los mercados se anticipan a las noticias. Chistes al margen, los números mandan. Y dicen que en la primera mitad de 2016 la bolsa de Buenos Aires fue la que más subió en el mundo. El ranking que elaboró Dow Jones Data muestra que el MerVal fue el índice bursátil que, medido en moneda local, tuvo la mejor performance, con una suba del 25,8% al cierre del semestre. Dejó atrás a los índices de las bolsas de Moscú, San Pablo e Islamabad (Pakistan).
La disparada del MerVal, por cierto, se explica sobre todo por la suba de casi el 90% que mostraron las acciones de Petrobras: influyeron en este papel la recuperación del petróleo y la crisis política que sacó del poder a Dilma Rousef en Brasil.
Igual, el ranking de las mejores acciones de la primera mitad del año está dominado, dejando de lado a Petrobras, a los sectores energéticos (con Pampa, Transener e YPF a la cabeza) y financiero (los bancos Macro, Galicia, Hipotecario y Patagonia).
Los títulos públicos se mantuvieron algo por debajo de la suba de la inflación, cercana al 25% en estos primeros seis meses. Los bonos en dólares ganaron cerca del 20% en el año y en pesos los papeles más negociados, como el discount y el par, marcaron ganancias del 22 y 19%.
Pero lo que pasó, pasó. Lo que importa ahora es ver cómo viene el segundo semestre. La impresión de los inversores es que se puede acentuar una tendencia, pero siempre con mucha selectividad. Sebastián Maril, de RFT, le apunta a los papeles energéticos, porque el combo tarifas e inversiones en el sector va a mantener a ese sector en el candelero. El analista Gustavo Neffa piensa en un combo de acciones vinculadas a la exportación (San Miguel, Cresud, Siderar) y a los bancos, por dos motivos: tienen mucha liquidez, muy baja morosidad y enfrentan, después de cuatro años de recesión, al menos dos años de crecimiento económico.
Es cierto que el mercado de bonos y acciones se mueve al compás del tipo de cambio. pero después de salto de casi 10% en junio, lo que se espera es una suba nominal del dólar a la par de la inflación, cerrando 2016 en torno a los 16,50 a 17 pesos. De hecho en el mercado de futuros el dólar cotiza a 16,86 para el último día del año, es decir 13% por encima del cierre del mercado spot del viernes.
Por el lado de los títulos públicos, hay mucha confianza en que siga cayendo el riesgo país argentino, y en consecuencia suban los precios. La colocación de esta semana del gobierno nacional, tomando fondos a 12 años al 6,5% fue muy bien recibida por el mercado.
 Andrés Vilella Weisz, porfolio manager en Balanz Capital, señaló: "El posicionamiento que recomendamos ante el escenario de desinflación es apostar a bonos en pesos atados a la tasa badlar o a la inflación (CER) a pesar de la pronunciada compresión de tasas observada"
Por otro lado, consideró que "se está generando un escenario adecuado para las acciones argentinas motivado por el regreso a la calificación de mercado emergente, el próximo blanqueo de capitales, el vislumbramiento de un incipiente repunte de la actividad y el descenso de las tasas de interés en pesos. Sin embargo, habrá que ser selectivo y estar atento al estrés exterior como las consecuencias del brexit europeo".
Francisco Prack (Prack Asset Management) consideró que los precios de los bonos pueden seguir subiendo un poco más, sobre todo en la franja de la deuda corta. "Veo que hay más recorrido, sobre todo en los bonos a 5 años, cuyas tasas de rendimiento pueden bajar muchísimo. Los bonos a 10 años, que hoy rinden 6% puede bajar un punto en su tasa. Hasta ahora el regreso de la Argentina a los mercados, tras el acuerdo con los fondos buitre, ha funcionado muy bien", concluyó.
El segundo semestre ya arrancó, habrá que ver si en la Bolsa queda resto para seguir de fiesta.
Con Información de: El Clarín