Tras los resultados electores de este domingo en España, donde el Partido Popular fue la fuerza más votada en los comicios regionales y municipales, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció este lunes que disuelve el Parlamento y convoca a elecciones generales para el 23 de julio.
El Político
Esta fecha sería cinco meses antes de que se agote el plazo ordinario.
"Acabo de mantener un despacho con su majestad el rey en el que he comunicado al jefe del Estado la decisión de convocar a un consejo de ministros esta misma tarde para disolver las Cortes y proceder a la convocatoria de las elecciones generales en uso de la prerrogativa que la Constitución atribuye al presidente del gobierno", informó Sánchez en un mensaje emitido desde el Palacio de la Moncloa.
"La convocatoria formal de las elecciones aparecerá publicada mañana martes en el Boletín Oficial del Estado de forma que los comicios se celebrarán el domingo 23 de julio, de acuerdo a los plazos que establece la ley", reportó ABC.
El presidente del Gobierno, @sanchezcastejon, ha comunicado al jefe del Estado su decisión de convocar un Consejo de Ministros esta tarde, para disolver las Cortes y proceder a la convocatoria de elecciones generales.
Los comicios se celebrarán el domingo 23 de julio. pic.twitter.com/LU7WI7fEze
— La Moncloa (@desdelamoncloa) May 29, 2023
En contexto
El presidente del Gobierno ha reaccionado así a la pérdida de territorios que el PSOE consideraba como bastiones este domingo.
La Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón, las Islas Baleares y La Rioja cayeron en manos del Partido Popular. Y además perderá el gobierno de las Islas Canarias.
La decisión la tomó en la madrugada del domingo al lunes y sólo la conocía su equipo más cercano, un reducidísimo número de personas.
El veredicto de las urnas ha sido de tal calibre que Sánchez ha decidido poner fin a la legislatura. Porque los focos apuntaban a La Moncloa. La decisión del complejo presidencial de avalar unos comicios en clave nacional, con un claro protagonismo del presidente del Gobierno, avaló la apuesta del PP de convertir la cita en un "plebiscito" contra el "sanchismo".
Pedro Sánchez contra la Constitución
El artículo 115 de la Carta Magna señala que «el presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, y bajo su exclusiva responsabilidad, podrá proponer la disolución del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales, que será decretada por el Rey. El decreto de disolución fijará la fecha de las elecciones», según El País.
Ese mismo precepto establece que la propuesta de disolución no podrá presentarse cuando esté en trámite una moción de censura y que «no procederá nueva disolución antes de que transcurra un año desde la anterior, salvo lo dispuesto en el artículo 99, apartado 5».
Ese artículo prevé que «si transcurrido un plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato obtuviere la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso».
¿Por qué es importante?
Precisamente la última vez que se disolvieron las Cortes en virtud de ese artículo 99.5 fue el 3 de junio de 2016. El Rey firmó el decreto de disolución de la XI Legislatura y se convocaron elecciones para el 26 de junio.
El 2 de mayo se habían cumplido dos meses desde la primera votación de la investidura fallida de Pedro Sánchez.
El siguiente decreto de disolución data del 4 de marzo de 2019, también de la mano de Sánchez, que convocó elecciones para el 28 de abril de aquel año tras no obtener los apoyos necesarios para aprobar los Presupuestos Generales del Estado.
Dura derrota para Pedro Sánchez
El Partido Socialista sufrió fuertes derrotas frente a los conservadores de la oposición en las elecciones locales del domingo, con cerca del 95% de los votos escrutados, lo que tal vez pone en evidencia su vulnerabilidad electoral antes de unos comicios generales a fin de año.
Solo tres de las 12 regiones que celebraron elecciones mantendrán el dominio socialista por márgenes muy estrechos, y el resto se decantarán probablemente por el conservador Partido Popular, aunque con coaliciones o acuerdos informales de apoyo con el partido de ultraderecha Vox.
Los avances del Partido Popular (PP) indican que los conservadores podrían desbancar a la actual coalición de izquierdas liderada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) si repiten los resultados en las elecciones nacionales.
Las cifras mostraron pocas mayorías claras, excepto en la Comunidad de Madrid, donde la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, del PP, ganó probablemente la reelección con una mayoría absoluta.
Los principales reveses para los socialistas fueron en las regiones de Valencia, Aragón y Baleares, así como en uno de los feudos socialistas más importantes: Extremadura.
En grandes ciudades como Valencia y Sevilla, donde también se eligieron alcaldes, el recuento se decantó a favor del PP, que también obtuvo mayoría absoluta en la ciudad de Madrid.
Entre líneas
Sánchez, acostumbrado a las decisiones arriesgadas en toda su carrera, ha optado por la más peligrosa de todas ellas, pero también la única que nadie esperaba en la noche electoral, según El Mundo.
El presidente pone así a los votantes, en especial a los progresistas, ante la tesitura de tener que decidir casi inmediatamente si quieren consolidar el resultado de las elecciones autonómicas y municipales, que entrega casi todo el poder al PP y Vox, y permitir que eso sea lo que llegue también a La Moncloa, o se movilizan para impedirlo.
Sánchez incluso renuncia así al escaparate que suponía la presidencia española de la UE y llama a los españoles a decidir ya, en pleno arranque del semestre. Las elecciones llegarán en pleno verano y cuando se estén conformando los gobiernos de PP y Vox, algo que en La Moncloa confían en que movilice a la izquierda.
Conclusión
El presidente podría haber tomado otro tipo de decisiones drásticas, como cambiar su Gobierno, romper la coalición o anunciar algún tipo de cambio en sus alianzas, pero ninguna de ellas era tan radical como esta y todas implicaban una maduración de meses para llegar finalmente en una posición similar a las elecciones de diciembre.
El riesgo que asume el presidente y con él el PSOE, Unidas Podemos y todos los grupos de la mayoría es que el voto llegue en un momento de subidón anímico de la derecha.