Pese a ser una fuerza clave en las elecciones de 2012, la mayoría del electorado latino está siendo ignorado durante las presidenciales de este año en EE.UU. y los mensajes no tocan las grandes preocupaciones de una comunidad cada vez más numerosa, según una encuesta publicada este lunes.
La Asociación Nacional de Funcionarios Electos y Designados (NALEO) publicó este lunes un sondeo sobre las opiniones de los votantes latinos que actualizará semanalmente hasta que se celebren las elecciones generales del 8 de noviembre y que muestra fallos en las estrategias de comunicación para movilizar a los hispanos.
El 8 de noviembre los estadounidenses elegirán presidente entre las demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, los favoritos, al tiempo que renovarán la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Según este primer sondeo, más del 60 % de los latinos no ha sido jamás contactado por ninguna de las campañas, debido, principalmente, a que la mayoría de los votantes hispanos reside en estados que no son considerados bisagra por poderse inclinar tanto del lado republicano como demócrata en las presidenciales.
Además, la encuesta, realizada por NALEO entre el 12 y 17 de septiembre, indica que el mensaje sigue centrándose en inmigración, pero los hispanos consideran el empleo, salarios, salud y terrorismo problemas de importancia equivalente.
"Los políticos solo hablan a las preocupaciones hispanas cada cuatro años. No hay una visión a largo plazo ni inversión en la movilización de la comunidad latina", explicó en entrevista con Efe el director ejecutivo de NALEO, Arturo Vargas.
LEA TAMBIÉN: TRUMP VA POR EL VOTO DE SUS DEPLORABLES LATINOS
El sondeo muestra que los latinos tienen mejor opinión de Clinton que de Trump, cuyos comentarios sobre los inmigrantes un 72 % los considera "racista", con un 30 % con una opinión favorable sobre una posible Presidencia del magnate neoyorquino.
Frente a esto, un 72 % considera que Clinton tiene la experiencia requerida para ser presidenta, pero cerca de la mitad cree que no es una persona de confianza.
Las conclusiones de la encuesta de NALEO coinciden con las preocupaciones de otros expertos sobre la falta de acercamiento de los candidatos a los latinos en este año electoral, especialmente entre los demócratas, que podría perder el terreno ganado durante el mandato de Barack Obama, apoyado por un 71 % del electorado hispano.
"El sistema electoral en este país hace que los candidatos solo se centren en tres o cuatro estados, como Florida, Nevada o Pensilvania, pero se olviden de hablar con hispanos en los estados donde más se concentran los hispanos: Texas, California y Nueva York", señaló Vargas.
En su opinión, eso puede llevar a que los hispanos convocados a las urnas el 8 de noviembre no se sientan los suficientemente motivados o parte del proceso en una fecha crítica o en el futuro.
No obstante, se espera que este año vaya a las urnas un número récord de 13 millones de hispanos, aunque debido al crecimiento demográfico de la comunidad, el porcentaje de participación se mantendrá previsiblemente al mismo nivel que en 2012.
Ese año, el 48 % de los latinos elegibles para votar acudió a las urnas, por debajo del 49,9 % de 2008, y a niveles más bajos que blancos o negros.
El electorado hispano es además de los grupos étnicos más jóvenes de Estados Unidos, algo que según Vargas no se denota en los mensajes de las campañas que van dedicados a "millennials (que superaron la mayoría de edad con el cambio de milenio) anglosajones".
Eso muestra, según Vargas, la falta de estrategas y altos responsables de campañas políticas de raíces hispanas.
Para los demócratas, los fallos en el acercamiento a hispanos podrían traducirse no tanto en una pérdida de votos en las presidenciales, sino en un menor avance en contiendas para el Congreso o en gobernadores.
Según una encuesta publicada este mes por la organización proinmigrante Latino Decisions, Trump va camino de cosechar los peores números de apoyo entre los hispanos de la historia de las candidaturas republicanas, pero los demócratas no capitalizarán ese descontento en contiendas legislativas.
Con información de EFE