El Departamento de Estado norteamericano anunció el pasado viernes la renovación del programa de recompensas de hasta por $10 millones por información que arroje luz sobre las “actividades, redes y socios” financieros de la agrupación terrorista islámica Hezbolá, en particular los vínculos con su comandante militar Muhammad Kawtharani.
El Político
Las recompensas tiene el objetivo de “interrumpir los mecanismos financieros de la organización terrorista libanesa”, dirigida entre otros por Kawtharani, un individuo sancionado por el Departamento del Tesoro como capo del terrorismo mundial desde 2013.
El programa de “Recompensas por la Justicia» enfocado en Hezbolá esta vigente desde el mes de abril de 2019, y fue renovado para estimular el flujo informativo sobre las finanzas de Hezbolá en cualquier parte del planeta, incluyendo Venezuela, que lleve al decomiso y congelamiento de cuentas bancarias y operaciones financieras nacionales e internacionales.
Según el programa, se entregarán las recompensas a quienes ofrezcan información sobre:
Fuentes de financiamiento de Hezbolá o los mecanismos financieros claves para facilitarles fondos.
Grandes donantes o financistas que faciliten fondos a Hezbolá.
Instituciones financieras o casas de cambio que faciliten transacciones financieras a Hezbolá.
Negocios, comercios o inversiones que sean propiedad o controladas por Hezbolá y sus financistas
Empresas de fachada vinculadas a actividades de compra de equipos tecnológicos a nombre de Hezbolá.
Esquemas criminales que impliquen a miembros de Hezbolá y patrocinantes que beneficien financieramente la organización
Durante años se ha reportado la presencia de importantes financistas, empresarios y comercios que benefician y financian directamente actividades y operaciones de Hezbolá, trabajando como cooperadores o financistas directos de la organización libanesa, en zonas como la isla de Margarita, y los estados Lara y Zulia.
Según han denunciado recientemente el secretario de la OEA, Luis Almagro, y el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, la presencia suramericana de Hezbolá esta concentrada en buena parte en Venezuela.
Joseph Humire, especialista en la materia del Centro para una Sociedad Libre y Segura, con sede en Washington, ha indicado que la presencia de Hezbolá en Venezuela busca beneficiarse de los grandes mecanismos de lavado de dinero procedente del crimen, que existen en Venezuela, donde la población islámica ha crecido de una manera explosiva, controlando importantes negocios que generan un flujo financiero crucial para la organización terrorista.
Entre las figuras claves que protegen y ayudan las actividades de financiamiento y protección a Hezbolá, están Tareck El Aissami, el ex diplomático Ghazi Atef Nassereddine (Nasr al Din), y el general Aref Richany Jiménez. Los tres son solicitados por las autoridades de Estados Unidos por sus lazos con el terrorismo internacional.
Se cree que el llamado clan Nasr al Din tiene operaciones, negocios y agentes en zonas de Venezuela como la Isla de Margarita, Barquisimeto y La Guajira.
En Margarita operativos de Hezbolá controlan loterías, centros comerciales, tiendas y una amplia red de bienes raíces, según fuentes federales.
El propio Nicolás Maduro cuando era canciller en la época de Hugo Chávez, se reunió en 2007 en Damasco con el líder de Hezbolá Hassan Nasrallah, y firmó un pacto de cooperación que abarcaba narcotráfico, lavado de dinero, suministro de armas y entrega de pasaportes a miembros de la organización, así como espacio físico para la presencia de células radicales shiítas en territorio venezolano.
Las personas que quieran participar en el programa de recompensas sobre Hezbolá pueden ampliar la información en el portal www.rewardsforjustice.net. Las personas también pueden comunicarse a través del correo electrónico [email protected], el número telefónico en Estados Unjidos 1-800-877-3927, o correo ordinario a la dirección Rewards of Justice, Washington DC, 20520-0303, USA.
Fuente: Primerinforme