El Sexto Pleno del XIX Comité Central del Partido Comunista Chino, reunido en secreto durante cuatro días ha encumbrado al presidente Xi Jinping al punto de volverlo el todopoderoso del país asiático. Solo hay dos precedentes en la historia de un hecho similar.
El Político
El Partido Comunista Chino (PCCH) ha elevado a Xi JInping al nivel del fundador de la patria, Mao Zedong, y del padre de la apertura al capitalismo, Deng Xiaoping.
Ha nacido el ‘Pensamiento de Xi Jinping sobre el Socialismo con Características Chinas para una Nueva Era’.
Exacerbado culto a la personalidad
Tal culto a la personalidad parecía imposible que se desarrollara en nuestros tiempos, pero el Sexto Pleno lo ha señalado enfáticamente:
"El camarada Xi, a través de meticulosas valoraciones y profundas reflexiones sobre numerosas cuestiones teóricas y prácticas sobre la causa del partido y el país en la nueva era, ha establecido una serie de nuevas ideas, pensamientos y estrategias sobre la gobernanza nacional que giran alrededor de las principales cuestiones de nuestros tiempos: qué tipo de socialismo con características chinas deberíamos defender, qué clase de gran y moderno país socialista deberíamos construir y qué tipo de gobernanza marxista deberíamos desarrollar".
Ya comenzarán a salir los folletos que se colocarán en las escuelas, y se distribuirá en la población, sobre el “pensamiento y la sabiduría del camarada Xi Jinping”.
El capítulo más magnífico de la nación china
El Pleno ha dado su “tercera resolución histórica”. En la que se declara que:
"Los esfuerzos del Partido y del pueblo durante el siglo pasado representan el capítulo más magnífico en la historia milenaria de la nación china".
Así ha pasado de ser una atrasada sociedad semicolonial y semifeudal a erigirse en la segunda economía del mundo. Cada vez más influyente y capaz de disputarle la hegemonía global a Estados Unidos.
"Este es el marxismo de la China contemporánea y del siglo XXI", dice la resolución.
El dictador Xi
Dotado de un poder tan excepcional que lo convierte en dictador del poderoso país, Xi, quien se ufana de «haber restaurado el orden en Hong Kong», se prepara para las nuevas iniciativas que le enfrentarán a Occidente, principalmente a Estados Unidos: La recuperación de Taiwán, la isla independiente de facto reclamada por Pekín.
Ya la declaración se opone a las «actividades de los separatistas» y a las «injerencias extranjeras»
Ha nacido el “capicomunismo” chino. El cual se prepara para otros cien años de milagro, con un solo amo y señor: Xi Jinping.