Durante el mes de noviembre del pasado año 2023 se llevó a cabo en la ciudad de San Francisco, California, la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (Asia Pacific Economic Cooperation APEC), que tuvo su momento culminante en la reunión entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su similar de la República Popular China, Xi Jinping. Un encuentro minuciosamente preparado durante meses por la diplomacia de ambos países, en el cual el líder chino fue recibido con entusiasmo por un importante grupo de empresarios norteamericanos, eclipsando incluso al propio Biden. Pero ¡cuidado!…esto no significa un giro en la política exterior de China, sino una prolija actuación originada en los problemas internos que atraviesa el gigante asiático.
Por Poder & Dinero
Xi Jinpig es China. Conocer su historia personal y su estrategia para acceder y conservar el poder puede darnos una idea clara sobre sus objetivos y estrategias para alcanzarlos que, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países de Occidente, suelen ser definidos con mucha anticipación y sostenidos en el tiempo.
¿Nueva revolución maoísta? Las figuras de Mao Tsé Tung y Xi Jinping se conectan desde la adolescencia del actual presidente del Partido Comunista Chino. No por afinidad política, precisamente. El propio Xi y su familia fueron víctimas de las purgas de Mao. Xi Zhongxun, su padre, fue primer viceministro de China, y uno de los fundadores de la guerrilla comunista que operó en el Norte del país. A pesar de su apoyo a Mao, fue encarcelado, torturado y separado de su familia. El joven Xi fue enviado a un ¨campo de re educación¨, donde se convirtió en un fiel seguidor de su verdugo. ¿Qué sucedió en la cabeza de ese joven que fue separado de su familia y enviado a un campo de trabajo para que, ya adulto, emulara a su victimario? No podemos responder esta pregunta desde el análisis político, pero si marcar acontecimientos que fundamentan lo que decimos.
Al igual que sucedió con Mao Tsé Tung, Xi pregona el comunismo y la exacerbación del nacionalismo con posturas duras y agresivas en política exterior, destaca la historia de China y sus tradiciones con muchas referencias a Confucio, el respeto y obediencia a las jerarquías. Aunque en este último caso ha sido quien puso fin a la alternancia en la conducción del Partido Comunista de China de sólo dos períodos, que se mantenía desde 2012 como originalmente propuso Deng Xiaoping. Su intención de convertirse en líder vitalicio está clara, y marcará la política doméstica e internacional de su país.
Las escuelas también son una herramienta fundamental para la estrategia de expansión territorial que Xi tiene pensada para China. En las mismas se hace culto al uso del poder militar, tratando de imprimir esa épica a la juventud, incluso por encima del aprendizaje de cuestiones vinculadas a la tecnología. La gloria de poder morir por China apunta a la idea de Xi de recuperar Taiwán antes de 2027. Una impronta que tiene, incluso, su costado "hollywoodense": el estado chino financia películas donde su ejército lucha contra Estados Unidos, Corea del Sur o Japón…y triunfa, obviamente. Una especie de "Rambos" chinos a los que llaman ¨Lobos Guerreros¨, son los protagonistas.
Estos son hechos, concretos y demostrables. La amigable actitud de Xi Jinping en la ya comentada cumbre de APEC, más allá de la corrección que un encuentro de este nivel demanda, no parece coincidir con esta estrategia. ¿A qué se debe, entonces, esta reconceptualización 2.0 del maoísmo que realiza Xi Jinping? De ninguna manera vemos un cambio en su estrategia expansionista. Mucho menos si pensamos en las silenciosas purgas que realiza, o los empresarios y ministros que misteriosamente desaparecen en China, y de los cuales nunca más se vuelve a tener información. Xi tiene, básicamente, dos problemas. Uno externo que tiene nombre y apellido: Donald Trump. Durante su gestión, el ex presidente y casi seguro candidato del Partido Republicano en las elecciones a llevarse a cabo en Estados Unidos en el mes de noviembre, terminó con la visión economicista e ingenua sobre China, y tensó las relaciones. Como resultado, obtuvo el acercamiento de este país, con otro con el cual se detestan: Rusia. No sólo eso, Vladimir Putin sumó a esta alianza a un polémico aliado, Irán, abriendo un escenario que no para de escalar hacia un conflicto de consecuencias imprevisibles. Pero Estados Unidos, volverá a ser un problema para China, a partir de noviembre de 2024 y sólo en caso que el nuevo presidente de Estados Unidos vuelva a ser Donald Trump.
El problema más importante que hoy enfrenta Xi Jinping es de carácter interno y tiene que ver con la caída en el crecimiento de la economía china. Una crisis que se ha acentuado con el cimbronazo en el mercado inmobiliario ocasionado por la caída de un gigante del sector, Evergrande, que todavía hace crujir la bolsa de valores de Beijing y ha dejado a miles de personas sin vivienda y en bancarrota. La prosperidad con ética nacionalista tambalea, y junto con la responsabilidad de China en la pandemia de Covid están causando un gran daño al prestigio chino como proveedor global de bienes. La consecuencia inmediata ha sido la aparición de focos de resistencia social, principalmente luego de las reanudación de las cuarentenas salvajes que el gobierno chino quiso re instalar pero tuvo que desactivar.
Un dato muy significativo que reafirma lo que decimos es la reaparición de las denominadas ¨milicias ciudadanas de Mao”. Previamente hemos dicho que en las escuelas chinas se impulsa una mística militarista que genere en los jóvenes el orgullo de morir por su país. La novedad es que ahora, esta proclama se ha trasladado también a otros ámbitos. Decenas de empresas estatales chinas han establecido en sus sedes nuevos departamentos de las Fuerzas Armadas Populares en los últimos meses, según muestra un análisis del Financial Times. Los departamentos fueron históricamente grupos afiliados a los esfuerzos de reclutamiento del Ejército Popular de Liberación a nivel de condado y aldea bajo Mao Tse Tung. Hoy en día, suelen realizar actividades de defensa civil y contribuir al reclutamiento, ascenso y entrenamiento militar. Los expertos dicen que el aumento de tales unidades refleja el mayor enfoque del presidente Xi Jinping en la seguridad y las preocupaciones sobre el riesgo de inestabilidad social a medida que la economía de China crece a su ritmo más lento en décadas.
Pero ratificamos: la sorprendente recepción que empresarios norteamericanos le ofrecieron a Xi Jinping en San Francisco el pasado mes de noviembre de 2023 (extraña combinación de progresismo "woke" y dictadura comunista) no debe confundirnos. El líder chino no ha renunciado a la competencia estratégica con Estados Unidos, ni a Taiwán, ni a ser en 2049 la primera potencia mundial que reorganice e imponga un nuevo orden global. Pero su poder militar no es suficiente para enfrentar a su adversario que, aprovechando el nacionalismo chino exacerbado, aprovechó la oportunidad de sumar aliados para mantener una presencia militar contundente en el Mar de China. Además, Rusia todavía se mantiene muy ocupada en la guerra con Ucrania, y en sus propios problemas internos como algunas incipientes rebeliones populares debido a la siempre sospechosa desaparición de opositores políticos a Putin, y el fin de la ¨adicción¨ de Europa por el gas ruso que está generando la caída en picada de los ingresos de Gazprom, el monopolio estatal del Kremlin.
Xi Jinping cambia su estrategia, baja los decibles de la confrontación con Estados Unidos pero no renuncia a su estrategia de expansión mundial. Además de las cuestiones internas ya mencionadas, también trata de esquivar sanciones a sus empresas de producción de tecnología, especialmente las dedicadas a la fabricación de microchips, para ganar tiempo, poder desarrollarlos y competir con sus similares norteamericanas.
"El mundo es lo suficientemente grande para los dos", respondió Xi cuando en la cumbre de APEC llevada a cabo en San Francisco le preguntaron sobre la relación futura de China con Estados Unidos. Lo que no aclaró y nadie le preguntó es qué país ocupará el primer lugar en esa supuesta convivencia.
SOBRE PODER & DINERO
-Sergio Berenzstein. Doctor en Ciencia Política (University of North Carolina, Chapel Hill). Licenciado en historia (Universidad de Buenos Aires). Presidente de "Berenzstein, consultora de análisis político".
-Fabián Calle. Licenciado en Ciencia Política (Universidad de Buenos Aires). Master en Relaciones Internacionales (Universidad de Bologna) con especialización en La National Defense University (Washington D.C).
-José Daniel Salinardi. Contador público nacional (Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires). Consultor económico. Productor general de Poder & Dinero.