En el Valle del Silicón (Silicon Valley, en inglés), hay figuras que parecen intocables. Una de ellas es Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, la empresa que dio a luz al reconocido ChaGPT.
El Político
Altman, despedido por su propia compañía el viernes, 17 de noviembre, regresó a su puesto, luego de cinco días de turbulencias que remecieron a la meca de la tecnología estadounidense.
La empresa, que ha dado marcha atrás, argumentó que Altman “no fue consistentemente honesto” con la junta directiva de la corporación. Ahora, luego de recular, los mismos que le echaron anunciaron un acuerdo que contempla su reenganche.
Ese trato, han explicado desde OpenAI, también implica una reestructuración de la plana mayor de la firma. En consecuencia, la empresa quedará dirigida por un buró en el que sólo habrá figuras masculinas.
Con ese cambio, salen de la compañía Ilya Sutskever, científico jefe; Helen Toner, del Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de Georgetwon, así como la empresaria Tasha McCauley.
Por su lado, se suman Bret Taylor, quien trabajó en Twitter antes de su adquisición por Elon Musk; Larry Summers, un economista que llegó a ser secretario del Tesoro de los Estados Unidos y Adam D’Angelo, quien se cuenta como ingreso, pese a no haber abandonado la corporación.
Según ha trascendido, la vuelta de Sam Altman, luego de su sorpresivo despido, ha sido provocada por Microsoft. Ese gigante tecnológico es el principal inversor de OpenAI, con una participación de 13.000 millones de dólares.
Luego de que fuera cesanteado, Altman, un programador estadounidense de 38 años, recibió una oferta de la compañía fundada por Bill Gates. Sin pensarlo, la directiva de Microsoft le puso a la cabeza de un “equipo de investigación avanzada”.
El movimiento resonó duro en OpenIA. Ante la posibilidad de perder a su inversor más grande, quien además de abandonarlos podía convertirse en su principal competencia, los ejecutivos de la firma optaron por negociar.
Las conversaciones, que desembocaron en la recontratación de Sam Altman, fueron saludadas por Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, quien aseguró que, con la reestructuración, OpenAI tendrán un gobierno “más estable efectivo y mejor informado”.
En la vuelta de Altman también jugaron a favor los 770 trabajadores que presentaron una carta de protesta y amenazaron con marcharse, en caso de que el programador no regresara al consejo de la corporación.