Mariano Rajoy puede estrenar el mes de septiembre como reelegido presidente del Gobierno, si concluye con éxito su búsqueda de apoyos para la investidura. A pesar de que Rajoy no ha querido desvelar la fecha de la investidura, el PP y Ciudadanos ya manejan un calendario según el cual la primera votación se celebraría el 30 o 31 de agosto. Tras ese pleno, en el que el candidato del PP no obtendría mayoría absoluta, la segunda votación, ya con mayoría simple, sería el 1 o 2 de septiembre.
Rajoy se ha dado una semana para que el PP apruebe las siete condiciones que le ha puesto el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para comenzar a negociar. El próximo 17 de agosto se reunirá la ejecutiva del PP que debe validarlas. Si así lo decide, al día siguiente o el 19 el presidente en funciones y el líder de Ciudadanos volverían a reunirse, y un día después, el 20, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ficharía la fecha de la investidura.
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La aprobación de los Presupuestos generales para 2017 determina que la investidura no pueda demorarse en exceso, así como la fecha de unas hipotéticas terceras elecciones si Mariano Rajoy fracasa en su intento de ser reelegido presidente.
La ley prohíbe que un Gobierno en funciones apruebe los Presupuestos generales, por lo que Rajoy necesita ser investido antes para no tener que prorrogar los correspondientes a 2016. El Ejecutivo viene advirtiendo, además, de que el 15 de octubre tiene que enviar a Bruselas los compromisos presupuestarios actualizados o de lo contrario España se arriesga a una multa millonaria de las autoridades comunitarias. Las Cuentas públicas tienen que presentarse en el Congreso (para comenzar la tramitación) antes del 1 de octubre. De no hacerse así, estas se prorrogan automáticamente.
Una vez presentados en la Cámara baja, la tramitación parlamentaria suele ocupar todo un trimestre, porque tienen que pasar por Congreso y Senado, someterse a enmiendas, etcétera, aunque la Mesa de la Cámara tiene flexibilidad para acortar los plazos. Antes del 31 de diciembre tienen que estar aprobados para que entren en vigor el 1 de enero.
Los límites de la aprobación presupuestaria permitirían una investidura en agosto o también a lo largo del mes de septiembre, siempre que antes del 1 de octubre hubiera un nuevo Gobierno que pudiera presentarlos en las Cortes. Pero a esta ecuación hay que añadir la variable de la fecha de unas eventuales terceras elecciones, teniendo en cuenta que hay fechas en el calendario nada aconsejables porque coincidirían con las fiestas navideñas.
La ley electoral fija un plazo de 54 días para la celebración de las elecciones desde que son convocadas. Eso si ningún candidato quiere volver a intentarlo, porque la Constitución establece un plazo de dos meses desde la primera votación de investidura tras los cuales se convocan automáticamente elecciones.
El calendario previsto por el PP y Ciudadanos está al límite también de un compromiso importante que debe cumplir Rajoy: el viaje que tiene previsto para el 4 y 5 de septiembre, donde tiene que desplazarse en China a la cumbre del G-20 que se celebra en la ciudad de Hangzhou.
Con información de El País