Lo que parecía una apuesta por diversidad racial y de tallas en la última portada de Vogue USA, se ha convertido en el centro de las críticas al intentar "disimular" las medidas de Ashley Graham, la única modelo curvy de la foto.
"Una apuesta por la diversidad donde no importan las medidas, el color de la piel o los rasgos físicos", esta es el tema editorial del nuevo número de Vogue USA. La revista, que celebra su 125 aniversario, quería reflejar el momento de tensión política que se está viviendo en el país: "En un clima de vetos migratorios y construcción de muros los nombres más relevantes de 2017 demuestran que no hay un prototipo de mujer americana y que no lo ha habido nunca".
Por este motivo, la publicación ha puesto en portada una imagen en la que aparecen siete grandes modelos del momento: Liu Wen, Ashley Graham, Kendall Jenner, Gigi Hadid, Imaan Hammam, Adwoa Aboah y Vittoria Ceretti, todas de distintas razas y nacionalidades y, en el caso de Graham, modelo de talla grande.
Todas aparecen vestidas con un jersey negro de cuello alto y unos shorts estampados, mientras se abrazan entre ellas en la orilla de una playa. Muchos han sido los que han aplaudido esta apuesta de Vogue por la diversidad y crítica al nuevo Presidente de Estados Unidos; pero muchos otros se han dado cuenta de un pequeño detalle que ha hecho que tachen de hipócrita la editorial.
Si bien todas aparecen con los brazos en alto abrazándose unas a las otras, Ashley Grahames la única que tiene su brazo visible tapando la mitad de su muslo, por lo que no se pueden apreciar sus curvas.
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Aunque la propia modelo ha aclarado lo sucedido a E! Online: "Elegí posar así, nadie me dijo que hiciera nada", mucho no creen que fuese iniciativa propia de una modelo conocida por estar orgullosa de su cuerpo, como hizo recientemente en Instagram mostrando su celulitis.
Con información de Europa FM