Huawei no está a salvo ni en China. Sus móviles, que durante años han sido absolutos dominadores del mercado chino, han pasado a ocupar un papel secundario.
El Político
Podría parecer que el veto de Estados Unidos no afectaría a su negocio en su país de origen, pero lo cierto es que allí el problema no es no poder acceder a los servicios y aplicaciones de Google.
Además no poder acceder a chips que necesitan para el desarrollo de sus móviles y que provienen de empresas de EE.UU., reportó Xataca.
Huawei se desangra
El año pasado a estas alturas Huawei aún presumía de una posición privilegiada en el mercado de móviles en China.
Vendía mucho más que sus competidoras, pero desde ese momento la cosa empezó a ir mal. Muy mal.
Los datos de Canalys revelan cómo en los últimos tres trimestres la caída de ventas de móviles de Huawei en China ha sido espectacular.
Tanto es así que Vivo y Oppo, que hasta ahora habían estado muy distanciados, han acabado superandola.
Xiaomi está a punto de hacerlo, y hasta Apple se ha quedado a tiro de piedra de dejar a Huawei aún más en evidencia.
Huawei sufre descenso
Su cuota ha pasado de un 41% el año pasado a un 16% según estos últimos dados, mientras que Vivo y Oppo crecieron un 79% y un 65% respectivamente.
En muchos países occidentales —España es un buen ejemplo— el problema fundamental de Huawei ha sido el no poder contar con los servicios y aplicaciones de Google, pero en China eso no es tan relevante: allí existen decenas de tiendas de aplicaciones de terceros, y la de Huawei, App Gallery, da una alternativa igual de buena que las demás.
La dependencia no es tanto del apartado del software como del hardware: el veto impuesto por Donald Trump (y mantenido ahora por la administración de Joe Biden) ha hecho que la empresa no pueda acceder fácilmente a ciertos chips y diseños que necesita para mantenerse competitiva.
Caída a nivel mundial
La caída a nivel internacional es realmente espectacular, pero lo más sorprendente es que ni siquiera parecen salvar los papeles en China.
Si las cosas siguen así, la empresa podría tener que enfrentarse a decisiones muy difíciles sobre lo que hacer con una división móvil que está desangrándose.