Los cancilleres de Venezuela y Guyana, Yván Gil y Hugh Todd, se reunieron este jueves en Brasilia para continuar el diálogo entre los dos países y rebajar las tensiones desatadas por el dominio de la región del Esequibo, que el país caribeño quiere anexionar a su territorio.
El Político
Esta reunión tiene como objetivo dar continuidad al compromiso establecido entre el usurpador Maduro y el líder guayanés Irfaan Ali el pasado 14 de diciembre en San Vicente y las Granadinas.
La reunión se lleva a cabo en el Palacio de Itamaraty, que es la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. El canciller brasileño, Mauro Vieira, está moderando la cita, junto con representantes de los Gobiernos de San Vicente y las Granadinas y de Dominica.
Por su parte Brasil indicó que la reunión servirá para “consolidar la región como zona de paz, cooperación y solidaridad”.
A su vez el diplomático del régimen expresó el miércoles, al llegar a Brasilia, que tienen la intención de actuar de buena fe y esperan que la delegación de Guyana tenga el mismo deseo.
Además, hizo hincapié en que las conversaciones se basarán en acuerdos que excluyan "la posibilidad de involucrar a potencias militares extranjeras" y en dirigir todo el conflicto dentro de los límites del derecho internacional.
Mantiene su posición
El régimen de Venezuela argumenta que el Esequibo, una región rica en recursos naturales, ha sido parte de su territorio desde la época de la colonia española y se basa en el acuerdo de Ginebra firmado en 1966 para respaldar su posición. El conflicto se intensificó en 2015 después de que la compañía petrolera estadounidense ExxonMobil descubriera grandes reservas de petróleo en la zona en disputa.
Después de que se llevó a cabo el referéndum sobre la soberanía del Esequibo el 3 de diciembre en Venezuela, la controversia se agravó aún más. Maduro incluso creó una zona militar para esta área con una población de 125.000 habitantes y esto quedó documentado en el saludo oficial militar: "El sol de Venezuela nace en el Esequibo".
Por otro lado, a pesar de la inflexibilidad de Guyana ante las demandas del régimen, su mandatario se mantiene firme en su postura respecto a la propiedad del territorio, confiando en que la resolución del conflicto se dará a través de la intervención de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), quien se ha declarado competente para tomar una decisión al respecto.