Según el informe que publicó en diciembre la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Venezuela crecería un 12% en 2022 y un 5% en 2023, más de tres veces el 3,7% y el 1,3% que el mismo organismo estimaba para el promedio regional.
El Político
Sin embargo, las migraciones de venezolanos no han cesado. Más de seis millones de personas huyeron de la asfixiante crisis económica en febrero de 2023, reportó ElPais.
Una parte de la explicación tiene que ver con el tamaño de la caída. Entre los años 2014 y 2020, y según las estimaciones de la consultora Ecoanalítica, Venezuela perdió del 75% al 80% de su PIB, porcentajes sin precedentes para un país en tiempos de paz.
Es más fácil crecer a grandes velocidades cuando se parte de niveles muy bajos que cuando la economía se acerca a su capacidad máxima.
En Venezuela, vuelve a verse afectado el consumo debido a la poca capacidad de compra de los sueldos. Por ello, debemos buscar ser lo más competitivos posibles en la variable clave: el precio. ¿Qué elementos podemos evaluar para definir una estrategia de precios en Venezuela? ?
— Jesús Palacios Chacín (@jpalaciosch) March 27, 2023
¿Por qué es importante?
Según la consultora Anova Policy Research “luego de ocho años de recesión económica la Venezuela de mediados de 2022 ha empezado a mostrar señales de recuperación parcial en ciertas capas de su maltrecho tejido productivo”.
En su más reciente informe los analistas de Anova explican que desde finales de 2017, el avance de la dolarización transaccional, el relajamiento de los fuertes controles que acosaban la actividad privada, y la política de aduanas abiertas para la importación de bienes terminados, sentaron las bases para el “renacer” de las actividades de comercio y servicios orientados al consumo final.
Sostiene que -a diferencia de los años precedentes- la mayor disponibilidad de bienes de consumo final en 2022 es notoria e inocultable.
“En este contexto, la parte de la población que tiene acceso, al menos parcial, a ingresos personales en divisas, ha recuperado sus niveles de consumo. Estos elevados niveles de consumo, incluyendo notorios brotes de consumo conspicuo en las grandes ciudades, han fortalecido la percepción de que una recuperación general en los niveles bienestar de la población está ocurriendo”.
Se puede decir, con bastante certeza, que el renacer de la economía venezolana y el bienestar que ha producido el rebote parcial del consumo no tiene una ancha base poblacional”.
Nuestro equipo @ThinkAnova acaba de publicar un nuevo policy brief titulado "¿Venezuela se arregló?: Tendencias recientes en la distribución del ingreso"
Se ofrece evidencia muy importante sobre la naturaleza del crecimiento económico reciente.
?con principales resultados:
— Omar Zambrano (@Econ_Vzla) May 6, 2022
Crecimiento económico de Venezuela es desigual
En el informe de Anova se destaca quea pesar de la mayor disponibilidad de bienes “existe evidencia empírica de que el crecimiento de los ingresos promedio y la mayor disponibilidad de bienes de consumo no se traduce, necesariamente, en mayores niveles de consumo para toda la población (…) En particular, la persistente debilidad del mercado laboral venezolano, en ausencia de mecanismos fiscales compensatorios y transferencias externas, crea barreras estructurales para la recuperación del consumo de una parte importante de la población.
Aunque en el análisis de Anova se reconoce que los ingresos per cápita promedio de los venezolanos, expresados en dólares, aumentaron aproximadamente 65%, en promedio, entre 2020 y 2021, se advierte que este crecimiento no favoreció por igual a todos los estratos de la población.
Entre las conclusiones del estudio se indica que el ingreso de los más pobres no se está recuperando.
“De acuerdo con el análisis del sesgo pro-pobre del crecimiento de los ingresos, en términos absolutos, el ingreso del 30% de la población más pobre cayó o permaneció estancado entre 2020 y 2021, ello a pesar de que el ingreso promedio de la economía aumentó 65% durante ese periodo.
Lo anterior implica que existen barreras efectivas que evitan que los más pobres tengan acceso a los beneficios del crecimiento observado”, se explica en el estudio.
La ENCOVI informó que la pobreza por ingresos en Venezuela se ubicó en 81.5%.
Aumentando la desigualdad de ingresos: El promedio mensual del decil más rico es de $553 y el del más pobre es de $7,9, 70 veces menos.
Pobreza extrema llegó al 53,3% de la población. #ENCOVI2022 pic.twitter.com/oOJt8b7f9g
— PROVEA (@_Provea) November 10, 2022
Entre líneas
Según José Morales Arilla, del Harvard Growth Lab, la tímida recuperación comenzó en 2021 con una serie de medidas que el régimen de Nicolás Maduro puso en marcha como respuesta a las sanciones de 2019 de la Administración de Trump.
“Hubo una liberalización de facto de la economía venezolana; no es que se cambiara el marco regulatorio de los controles de precios, sino que se dejó de aplicar”, dice el experto.
Agrega que "las sanciones económicas contra personas afines al régimen estaban restringiendo el acceso a sus rentas y obligando a que esas rentas solo pudieran disfrutarse dentro del país, porque ya no podían salir”, añade.
La aparición de restaurantes de lujo, de tiendas de bolsos de Prada y de concesionarios de Ferrari en un país donde uno de cada tres niños presenta síntomas de malnutrición tiene mucho que ver con ese relajamiento en los controles de precios y de importación que, de carambola, dio posibilidades de mejora económica a una clase media que, en palabras de Morales Arilla, “se había convertido en 2019 en el principal componente de la oposición porque venía de años de empobrecimiento”.
“Esas personas de la clase media que no estaban afectadas por las sanciones de EEUU de repente pudieron importar y vender a precios altos porque Venezuela dejó de exigir el cumplimiento del control de precios”, explica.
La retirada de los controles también ha significado la dolarización de la economía.
Sumado al fuerte ajuste que el régimen chavista puso en práctica de manera indirecta al retrasar la actualización de los salarios estatales, la divisa estadounidense como moneda de referencia permitió que Venezuela pasara de una hiperinflación de seis dígitos en 2018 a un encarecimiento en la cesta de la compra del 234% en 2022. Un horror en cualquier otro país que llegó como un alivio para los ciudadanos de Venezuela.
Pero el costo económico de la desigualdad generada con la liberalización y el desfase de los salarios públicos también es alto.
En conclusión
La Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), publicada en noviembre de 2022 por la Universidad Católica Andrés Bello, reveló que, aunque por primera vez en siete años la pobreza multidimensional se había reducido en Venezuela, todavía el 58% de la población vive en la precariedad en 2022.
Al mismo tiempo, la desigualdad ha aumentado, convirtiendo a Venezuela en la nación "más desigual" de América Latina.
Según la encuesta, la diferencia de ingresos entre el segmento de población más pobre y el más rico ahora es de 70 veces.
De acuerdo con los datos de la consultora Anova Policy Research, en 2020 los ingresos del 20% más rico multiplicaban por 23 los ingresos del 20% más pobre. Un año después, ese multiplicador había pasado a ser de 46.
Y eso sin contar con la desigualdad que provoca la falta de personal en hospitales, colegios y fuerzas de seguridad.
“No tenemos datos, pero sí el conocimiento anecdótico de muchos que en el sector público están dando a sus subordinados libertad de horario para hacer otras cosas; la gente está tratando de buscarse la vida vendiendo pastelitos, cortando el pelo o en cualquier emprendimiento que lo meta en el mercado dolarizado”, dice Omar Zambrano, de Anova. “La contrapartida es que el sector público en gran medida ha dejado de existir, dejando sin absolutamente ninguna protección social a los más vulnerables”.