La delegación de Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA) criticó hoy por "irregular" y "antidiplomático" el texto acordado por 15 países del organismo en el que se pide que no haya demora en el referendo revocatorio que promueve la oposición del país suramericano.
"Resulta asombroso que de algo en lo que está involucrado mi país me esté enterando hoy y por un tuiteo de una declaración publicada en la web del Departamento de Estado (de Estados Unidos), qué casualidad", afirmó hoy el embajador venezolano en la OEA, Bernardo Álvarez, en la reunión ordinaria semanal del Consejo Permanente.
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El diplomático reaccionó de esta forma después de que la delegación de Canadá leyera una declaración conjunta sobre su país divulgada previamente por EE.UU. y que firman también otras 13 naciones: Argentina, Belice, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
Para Álvarez, este texto es un "procedimiento antidiplomático y absolutamente irregular" por haberse hecho "a espaldas del país en cuestión".
"Quizás esta sea una prueba más de lo dividida que está la organización, hay un deseo de estar interviniendo los asuntos internos de Venezuela, pero el que esté libre de pecado que lance la primera piedra", dijo.
"Esto ocurrió ya en una época con Cuba. Atacar a Venezuela es como encargar pizza por teléfono, es barato y cuando la pizza llega todo el mundo aplaude", agregó.
Álvarez advirtió a las delegaciones del resto de países de que "tengan cuidado" porque "pueden estar dividiendo más la OEA", al tiempo que subrayó que "se podrían ir haciendo comunicados de todos los países" del organismo, algunos de los cuales "tienen problemas más graves que Venezuela", pero "a los que no se les puede tocar porque tiene coste".
La declaración conjunta la leyó Canadá en el apartado de "otros asuntos" en el Consejo Permanente y terminó reabriendo el debate sobre Venezuela en la OEA, ausente desde la sesión de la Carta Democrática del 23 de junio.
El embajador mexicano, Luis Alfonso de Alba Góngora, mostró su "preocupación por que no se haya establecido un canal de diálogo directo" entre el Gobierno y la oposición venezolana y que la iniciativa de mediación de los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana) "no haya producido resultados hasta la fecha".
El representante interino de EE.UU., Kevin Sullivan, se limitó a reiterar el llamado de su país a la liberación de los "presos políticos en Venezuela", a que "se respeten las libertades de reunión y expresión" y a que "se abastezca de alimentos y medicamentos" a la población.
El texto se negoció fuera de las instalaciones de la OEA con conocimiento de los Gobiernos de los países implicados, según explicó la delegación de Chile, ante las críticas de Caracas y sus aliados.
El embajador de Nicaragua, Luís Exequiel Alvarado, condenó "las prácticas injerencistas", lamentó que la OEA "se haya convertido en un organismo de conspiración" y criticó "la actitud de los países que se prestan a injerencias en asuntos internos".
La delegación de Bolivia se pronunció en el mismo sentido, al asegurar que la declaración de los 15 países "es una deslegitimación de la democracia de la organización" y "pretende crear instancias pararelas al Consejo".
Por su parte, el embajador de Ecuador, Marco Vinicio Albuja, criticó que la presidencia rotatoria del Consejo, que ostenta Bahamas, permitiera "un debate" en el apartado de "otros asuntos", destinado a su entender a cuestiones puntuales.
Con información de EFE