Luego de la abrupta suspensión de las negociaciones en México por parte de Nicolás Maduro, ha transcurrido más de un año sin diálogo sin que el régimen chavista y la oposición venezolana se sienten en una mesa de diálogo.
El Político
No obstante, se ha producido un proceso de acercamientos soterrados e incentivos paralelos que aún hoy buscan recalar en una reactivación de las conversaciones.
Por su parte, EEUU tiene como prioridad lograr que se reanuden las conversaciones entre el régimen de Nicolás Maduro y los integrantes de la opositora Plataforma Unitaria Venezuela.
No obstante, los incentivos que la administración del presidente Joe Biden ha ofrecido al régimen venezolano hasta la fecha, al parecer han sido insuficientes.
De acuerdo con el informe de coyuntura de la firma Carpe Diem “los incentivos de Maduro y del sector reformista de su administración para regresar a México han cambiado significativamente durante el último año (…)
Hasta mediados de 2021 Maduro necesitaba la negociación en México para poder tener un interlocutor con la administración estadounidense. Esta interlocución -a través del Gobierno Interino- ya no es necesaria porque Maduro ha logrado un canal de comunicación directo con la Casa Blanca”.
En el informe se explica que el otro “incentivo de Maduro para asistir a los procesos de negociación era la flexibilización de las sanciones económicas.
No obstante, como reconocen en privado varios de los integrantes del Alto Mando Político de la Revolución, el régimen ha logrado aprender a vivir con las sanciones.
Desde esta perspectiva, los incentivos del sector reformista del gobierno venezolano para regresar a México han cambiado”.
La firma también explica en su análisis que el comportamiento de la administración Biden sobre Venezuela es excesivamente cambiante “por la presión que existe sobre el resultado de las elecciones de medio término (…) para la administración Biden y en especial para Juan González [asesor de Washington para América Latina] es necesario que no se cree la impresión que la votación en Florida se perdió por los acercamientos a Maduro”.
Diálogo "constante"
El 2022, un año sin elecciones y de una vociferada recuperación económica, puso en segundo plano la necesidad de un diálogo político en el país, lo que no anula todos los movimientos hechos por las partes, y por otros actores, para volver a la mesa formal de diálogo y dejarse de encuentros secretos, reportó QuePasaMedia.
El chavismo mantiene un diálogo “constante” con “todas las oposiciones”, o así lo repite Nicolás Maduro, lo que deja claro que, si bien las conversaciones en México fueron interrumpidas por su propia decisión, no ha cerrado los canales para entendimientos bilaterales, sin la observación de garantes internacionales.
El último encuentro, al menos del que se tenga conocimiento, se llevó a cabo en junio en Noruega, a donde viajaron los jefes de ambas delegaciones para participar en el Foro de Oslo. Lo hablado en aquella ocasión sigue siendo secreto sumarial.
El Ejecutivo se ha movido con sigilo y, así, ha conseguido sumar 12 meses sin inestabilidad política.
Pero, no solo eso, sino que también ha avanzado en su relación directa con Estados Unidos, cuyo Gobierno ha enviado, al menos, dos delegaciones a Caracas para reuniones con fines abstractos como “la seguridad”.
Canjes de valor
El portal Que Pasa Media refiere que bajo ese halo de misterio, Maduro dio un golpe maestro al concretar este mes el canje de siete estadounidenses presos en Venezuela por dos sobrinos de su esposa, Cilia Flores, condenados por narcotráfico en Estados Unidos.
La transacción, que se completó al margen de la mesa de negociación, supone un acicate al diálogo, el mismo que Washington presiona por reactivar.
Detrás de este intercambio, hubo ofertas y contraofertas que se desconocen pero que guardan relación con el interés de EE.UU. en que se retomen las negociaciones de cara a las presidenciales de 2024, unas elecciones que podrían adelantarse, según sugirió recientemente el propio Maduro, y en las que tienen puestas sus expectativas numerosos socios del país.
Al abrirse la puerta a los canjes, varias posibilidades destacan en el tablero, siendo la más importante la excarcelación del empresario colombiano Alex Saab, preso en EE.UU. y acusado de ser testaferro de Maduro, y cuya deportación de Cabo Verde hacia Florida terminó por tumbar las negociaciones hace un año.
¿Qué dice la oposición?
Los interlocutores de la oposición han dicho que están “listos” para retomar el diálogo y son quienes hacen más declaraciones públicas a favor de una vuelta a la mesa. Han pronosticado equivocadamente, al menos dos veces, una “inminente” reanudación, pero las sillas siguen vacías.
A la par, intentan fijar unas elecciones internas para escoger a un candidato unitario que enfrente al chavismo en las urnas, en 2024.
El proceso tiene pocos avances y las primarias no tienen fecha establecida, por lo que un posible adelanto de las presidenciales los pondría en jaque.
Asimismo, la multiplicidad de nombres que, desde las filas del antichavismo, aspiran a la Presidencia dificulta que se perfile un corredor que empiece a ganar apoyos, mientras Maduro, el candidato predecible del otro lado, habla a diario por todos los medios posibles y se muestra resolviendo problemas y “victorioso”, como él mismo se describe.
En conclusión
El aluvión de sanciones internacionales que pesan sobre Venezuela sigue siendo la carta de presión de la oposición, apoyada por EE.UU., pero no termina de sentar al oficialismo, un interlocutor avezado en disolver procesos de diálogo sin dar nada a cambio.