La opositora venezolana María Corina Machado aspira a una transición democrática razonable que una al país, cuando sea presidenta, dice, lo será de todos los venezolanos “por igual”, sin revancha ni venganza, y todo esto sería conveniente no solo para Venezuela, sino el hemisferio.
“Es indispensable llegar hasta el final, esto no se trata de una competencia electoral convencional”, dice este domingo en una entrevista con el diario español El Mundo en referencia a los comicios presidenciales de julio próximo.
Ella ganó las elecciones primarias del principal bloque de la oposición para competir por la Presidencia de la República, pero está inhabilitada para cargos públicos electos, así que la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) escogió en su lugar a Edmundo González Urrutia como candidato.
“Hasta el final es reconstruir un país para nuestros hijos y eso es lo que estamos decididos a hacer. Cada día que pasa, vamos creciendo y ellos cayendo”, comenta Machado sobre el principal bloque opositor y el “régimen” de Nicolás Maduro, respectivamente.
“Ahora, yo no me chupo el dedo -matiza-: estamos enfrentando un sistema criminal que se lo está jugando todo. Si aquí se cuentan los votos como es, nosotros vamos a arrasar, no hay manera de que (los chavistas) puedan alzarse con una victoria”.
Pero denuncia que la elección de julio “no es libre” y el proceso está “lleno de trampas” porque los venezolanos no van a poder votar a la persona que eligieron en las primarias de la oposición (ella misma).
Y no es justa porque hay 10 millones de personas con derecho a votar a los que se les “niega”, en referencia a los que están fuera del país, no se les ha permitido registrarse para ejercer el sufragio o se encuentran con trabas administrativas que lo dificulta.
Consciente de la situación socioeconómica de Venezuela, reconoce Machado que toca reconstruir un país “hecho añicos”.
“Tenemos más de la mitad del territorio bajo control de grupos armados irregulares, tenemos una Venezuela hipotecada y endeudada, tenemos una crisis humanitaria, una crisis de servicios, una crisis de seguridad -describe. ¡Peor que una guerra! Para lo que a nosotros nos va a tocar reconstruir es necesario que vayamos de la mano”.