A pie y en varios puntos del país comenzó la antesala de la marcha del 1-S. La movilización popular y estudiantil, así como la suma de gremios caracterizaron la jornada, mientras la MUD prepara la logística para lo que, según aspira, podría convertirse en una suerte de plebiscito contra el gobierno.
De Amazonas partieron 1.500 indígenas, entre ellos el gobernador Liborio Guarulla, con la meta de caminar 700 kilómetros, expresar apoyo al revocatorio y exigirle al CNE que fije la fecha para la recolección de 20% de las firmas.
El destino final es Caracas el 1-S, pero antes recorrerán 130 kilómetros hasta las orillas del río Orinoco, que deben atravesar para llegar a Apure. Luego irán por cuatro estados y esperan contar con la solidaridad de la gente.
"Tenemos motivos suficientes para llamar la atención de Venezuela y el mundo. Sufrimos discriminación política y por supuesto étnica", afirmó Guarulla al referirse a la negativa del TSJ de reconocer la representación de su estado en la Asamblea Nacional por más de ocho meses y la detención de dos legisladores regionales por "razones políticas".
La diputada Mauligmer Baloa, del Movimiento Progresista, aseguró que no han tenido problemas en el periplo e informó que los parlamentarios suspendidos de su estado y homólogos de Apure como Luis Lippa y Emilio Graterol se incorporan a la caminata el viernes en San Fernando de Apure. "A partir de allí iremos poco a poco por selva y ríos, en cola o en carros propios. Los parientes están resteados", expresó.
El parlamentario indígena Romel Guzamama aseveró que 5.000 indígenas se sumarán al acto de la MUD, y emplazó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a permitir el paso a la capital.
Otro grupo, junto con la diputada de Monagas María Gabriela Hernández, salió de Maturín hacia Caracas con un fin: "Transformar la indignación en acción, tocar a cada persona y generar el cambio político al acabar con un régimen criminal y oprobioso". El 1-S se concentrarán en La Silla y entrarán caminando a Caracas.
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Padre por la paz. En Anzoátegui el padre Ramón Bastidas Villegas llevaba 20 kilómetros de recorrido. Salió el lunes de la iglesia Nuestra Señor de La Soledad, en el municipio Independencia, en el sur del estado. Al mediodía estuvo en Pariagúan, en su objetivo de llegar en los próximos días a Caracas, pedirle a la Conferencia Episcopal que haga una vigilia en el CNE e instar al gobierno a que acepte la ayuda humanitaria, pues aclaró que no tiene posición política, sino preocupación por lo que pueda pasar el 1-S si se efectúa la Toma de Caracas.
Al igual que el "Padre Antonio Xejeira", de la canción de Rubén Blades en honor de monseñor Arnulfo Romero, asesinado en 1980 durante la dictadura en El Salvador, Bastidas condena la violencia: "No quiero que mi pueblo se vaya a masacrar mientras los políticos después se pelean puestos en el gobierno. Voy a promover y anunciar la paz en Venezuela".
Aunque ayer sufrió una contractura muscular por recorrer 12 kilómetros a pie, manifestó que seguirá, "así sea en muletas". La próxima parada será en Santa María de Ipire, en Guárico, y de allí seguirá por Maracay y Valencia hasta llegar a Caracas. "Ya no soporto ver más sufrimiento de niños, jóvenes y ancianos que deambulan buscando comida y medicamentos", expresó.
Campaña en buses. "¿Quiénes somos? Estudiantes. ¿Qué queremos? ¡Revocar!". Con consignas renovadas el movimiento estudiantil inició la campaña en el país por la Toma de Caracas en unidades de transporte público en la capital del país. La movilización se desarrolló en medio de un cerco de seguridad de la Policía Nacional Bolivariana entre Plaza Venezuela y Chacaíto, integrado mayoritariamente por mujeres.
La protesta irreverente comenzó en la estación del Metro Plaza Venezuela, donde desplegaron una pancarta que decía "El revocatorio sí va". Durante minutos corearon frases contra el gobierno que fueron respaldadas por los pasajeros.
Luego recorrieron el bulevar de Sabana Grande hasta llegar a Chacaíto. En ese tramo los trabajadores de los comercios salieron para apoyarlos, y desde algunos edificios sonaron cacerolas y aplausos de aprobación.
La jornada continuó en los autobuses donde dirigentes juveniles instaron a ser parte de la presión ciudadana para que el CNE anuncie la fecha del revocatorio antes de que termine 2016. "El gobierno tiene que entender que no impedirá ninguna manifestación de estudiantes. Cuenta Venezuela con un movimiento estudiantil firme, contestatario independiente que se mantendrá activo hasta que el cambio ocurra. Cada pasajero debe sentir que sea el protagonista el 1° de septiembre y juntos somos una fuerza que no podrán contener. Aquí nadie está dormido ni tiene miedo", afirmó Hasler Iglesias, presidente de la FCU-UCV.
Unión social. El revocatorio sumó otros apoyos: una alianza social entre la Asociación de Profesores de la UCV, la Unidad de Acción Sindical y Gremial, el Frente Amplio Social, dirigentes comunitarios y la MUD.
El secretario ejecutivo de la Mesa, Jesús Torrealba, afirmó que el grupo no será burocrático, sino que privilegiará el acompañamiento a la protesta del 1-S y a la "gente que sufre en la calle".
"Esta unión se materializó por la necesidad de impulsar un cambio de gobierno ante la crisis económica. El revocatorio no es un fin; el objetivo es resolver la crisis y detener la caída de Venezuela. Nos unimos para revocar el hambre, no para cambiar a un caudillo por otro", dijo en el auditorio de la APUCV, que estaba lleno de personas que apoyan la consulta.
Lamentó las amenazas de frenar la consulta por el supuesto fraude en la recolección de firmas denunciado por el PSUV en la Fiscalía, y confió en que "luego de la demostración de fuerza del 1-S el CNE no seguirá como barricada al revocatorio".
"Sea cuando sea, el gobierno sabe que la recolección del 20% será mortal. Al día siguiente le diremos: ‘Se van’, y tendrán que definir cómo, si revocatorio, renuncia o un acuerdo. No podrán judicializar el RR", advirtió.
La alianza cuenta con dirigentes vecinales que se organizan para participar en la protesta, como Eveling Martínez, coordinadora del Radal de los Barrios en Antímano, quien aseguró que en su comunidad saben que el revocatorio "es la mejor salida a la crisis".
Luego del 1-S comenzará una etapa para definir el nuevo sistema y estructura de gobierno, afirmó Tinedo Guía, presidente del CNP y miembro del Frente Amplio Social, quien manifestó: "El sistema presidencialista está agotado".
Víctor Márquez, presidente de APUCV, aseguró que el revocatorio no pertenece a los partidos, sino a todos los ciudadanos, y por eso se unen al 1-S.
Con información de El Nacional