Jihad Diyab, el ex recluso del penal de Guantánamo (Cuba) acogido en Uruguay y que realiza una huelga de hambre hace más de un mes en reclamo de ser reunido con su familia, aseguró en una entrevista difundida por una cadena de televisión que Venezuela le ofreció vivir en ese país junto a sus parientes.
Diyab, quien abandonó Uruguay a fines de julio y llegó a Venezuela tras permanecer desaparecido unas semanas, aseguró a CNN que si bien en un principio las autoridades del país caribeño lo detuvieron por considerarlo "un criminal peligroso con documentos falsos" a raíz de informaciones de inteligencia proporcionadas por Uruguay, luego le dijeron "que no era un prisionero".
"El Gobierno de Venezuela me respetó. Me dejaron en un lugar y me dijeron que no era un prisionero y que tenía dos soluciones: o me mandaban a un lugar para reencontrarme con mi familia o traían a mi familia a vivir en paz en Venezuela", dijo el refugiado a CNN.
Sin embargo, el sirio matizó que esa propuesta cayó cuando "los Gobiernos de Uruguay y Estados Unidos presionaron a Venezuela".
"Por eso Venezuela me envió a Uruguay y dijeron que lamentaban no poder encontrar una solución", añadió, al tiempo que manifestó su gratitud por la acogida brindada por Uruguay, aunque dijo que "no alcanza".
"Necesito vivir una vida normal con mi familia y mis hijos: eso es parte de lo que necesito", sentenció el refugiado sobre el motivo que lo impulsa a realizar una huelga de hambre desde hace casi dos meses, con períodos de dos semanas en los que no ingirió líquidos.
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En cuanto a su medida de protesta, Diyab precisó que él "no quería hacer esta huelga de hambre" pero se vio obligado a hacerla cuando lo dejaron "sin solución".
"No hago esto para morir, lo hago para encontrar una solución para reencontrarme con mi familia en otro país que no sea Uruguay. Si muero, los responsables serán EE.UU. y Uruguay, porque yo solo quiero una solución y es mi derecho. Simplemente mi derecho", aseveró a la cadena televisiva.
Diyab expresó que en los 13 años de reclusión en Guantánamo y los dos de refugio en Uruguay no tuvo "derecho de nada" más que "de sufrir".
"No tuve una vida. Es mi vida y nadie tiene (que tener) control sobre mi vida. No hago la huelga de hambre para morir, la empecé después de hablar varias veces con el Gobierno (uruguayo) sin encontrar una solución", apostilló, a la vez que acotó que se trata de una cuestión de "derechos humanos".
En ese sentido, reiteró que la responsabilidad de su situación es compartida entre el Gobierno estadounidense y el uruguayo.
Con información de EFE