Lo que sucede cuando en un espacio estratégico confluyen tres guerrillas, un ejército regular y el dinero del Cártel de Sinaloa –y además surgen disputas por las rentas criminales: cocaína, minería ilegal y extorsión–, es lo que hoy ocurre en una zona de la frontera entre Colombia y Venezuela: una guerra irregular que amenaza desbordarse.
El Político
El foco del conflicto está en el estado venezolano de Apure, donde el Frente 10 de las disidencias de las FARC, que comanda el veterano guerrillero colombiano Gentil Duarte, enfrenta desde el pasado marzo al ejército venezolano, que busca expulsar de su país a ese grupo, con el cual tuvo relaciones en el pasado.
Pero los hombres de Duarte han aguantado los embates de las tanquetas, la artillería y los bombardeos aéreos de las fuerzas chavistas mientras la población civil paga un alto costo, reportó Proceso.
Unos 6 mil 700 habitantes de la zona han huido a la vecina Colombia, cruzando el río Arauca, debido a los enfrentamientos y a la represión que han desatado comandos de la policía enviados desde Caracas y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB, nombre de las tres armas de guerra en Venezuela) en busca de guerrilleros del Frente 10.
ONU preocupada
La oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por el alto número de desplazados y “por las denuncias de ejecuciones extrajudiciales”.
Sin experiencia en guerra irregular, la FANB ha tenido problemas para desarrollar el operativo de expulsión del Frente 10, varios de cuyos integrantes han pasado años en la guerra de guerrillas en Colombia.
“Por eso hay tantos daños colaterales en la población civil: ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, desplazados… y por eso es que, hasta ahora, el operativo ha fracasado”, dice el politólogo y experto en conflictos armados Ariel Ávila.
Venezuela jugando con fuego
Maduro ya se refiere al conflicto como una “guerra” en curso en ese territorio fronterizo, sector estratégico como corredor de drogas; y de los ricos recursos mineros (oro, plata y coltán) que se explotan y extraen irregularmente en Venezuela para eludir las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea al régimen chavista.
Lo que ocurre en Apure es una “guerra de todo el pueblo contra grupos irregulares y terroristas colombianos”, dijo Maduro el martes 13 de abril; en un acto militar en el que llamó a la “unión cívico-militar-policial en defensa de la soberanía venezolana”.
Pero algunos de esos “grupos irregulares y terroristas colombianos” a los que se refirió el mandatario, en alusión al Frente 10; son cercanos al chavismo, a algunos jefes militares y al régimen de Caracas, lo que según expertos en seguridad es lo que está detrás de los combates en Apure.
Ávila afirma que Iván Márquez, exnúmero dos y exsenador de la desaparecida guerrilla, quien se apartó del proceso de paz hace dos años; y hoy encabeza la disidencia FARC-Segunda Marquetalia, tiene relaciones estrechas con el régimen de Maduro, pero muy tensas con Duarte. Incluso tropas de ambos han llegado a enfrentarse en Colombia y en Venezuela.
Sinaloa
En medio de las tensiones, el comandante operacional de la FANB, almirante Remigio Ceballos; anunció el viernes 9 la captura de “un individuo del Cártel de Sinaloa” cerca de la población de La Victoria; a la que se refirió como el “sitio de mayor influencia” del Frente 10.
En un breve enlace telefónico con la televisión pública venezolana, Ceballos sugirió que el supuesto integrante del Cártel de Sinaloa, cuyo nombre omitió revelar, estaría involucrado en el conflicto y dijo que había sido puesto a “órdenes de la justicia”.
Proceso preguntó en un correo electrónico al cónsul de México en Caracas, Marcos Vara, si había recibido algún reporte de las autoridades de Venezuela; sobre un ciudadano mexicano detenido en los últimos días en ese país, pero dijo que las consultas de prensa deben hacerse a comunicación social de la cancillería mexicana, donde hasta el jueves 15 de abril tampoco respondieron.
Tarazona, quien ha estudiado y documentado durante años los problemas en la frontera colombo-venezolana; dice a Proceso que “es un hecho que el Cártel de Sinaloa está presente en esta zona”.
Todos contra todos en Venezuela
Las disidencias de las FARC (la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) son los grupos que decidieron apartarse del acuerdo de paz; que suscribió esa insurgencia en 2016 y que se dispersaron por varias regiones del país y de las fronteras con Venezuela, Brasil y Ecuador para mantener rentas criminales, como el narcotráfico.
Según un reporte de inteligencia militar de Colombia, las disidencias de las FARC tienen unos 2 mil 600 hombres en armas; y su presencia se ha extendido a Venezuela, donde “cuentan con la autorización del gobierno de Maduro y de las fuerzas militares para actuar; y apoyar actividades relativas al tráfico de sustancias ilícitas y de minerales de alto valor”, reportó Proceso.
Estos grupos, organizados por “frentes de guerra”, están divididos en tres grandes bloques que tienen serias disputas entre sí; el de Duarte, el de Iván Márquez y el de “las disidencias de las disidencias”.
Venezuela ha permitido durante años la operación de estos grupos en su territorio. El país enfrenta una crisis económica profunda, un desplome de la producción petrolera y, desde 2019; un bloqueo económico de Estados Unidos y la Unión Europea que ha llevado al régimen de Caracas a buscar recursos en el mercado negro global de hidrocarburos y minerales.