Con bombo y cornetas los empleados del supermercado Devoto alteraron la mañana de este sábado en el corazón de Pocitos. Carteles con reivindicaciones salariales y carros dados vuelta impedían el acceso a ese supermercado que está sobre la calle 26 de Marzo, lo cual constituye una postal de lo que sucede en más de 60 centros comerciales de todo el país.
Rodolfo Campaña, integrante del colectivo de trabajadores de Devoto, dijo a El Observador que la medida se debe fundamentalmente al hecho de que sus salario están "profundamente sumergidos" y al estancamiento que hay en material de Consejos de Salarios.
El dirigente de la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (Fuecys), Ariel Britos, señaló a El Observador días atrás que los trabajadores de los supermercados ganan $ 13 mil (con los descuentos) y manifestó que están exigiendo $ 20 mil como salario mínimo.
Además, el sindicato y la Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU) no se ponen de acuerdo en la eliminación del incentivo por presentismo.
Esta partida mensual es actualmente de $ 2.400 y se pierde automáticamente por inasistencia o llegadas tarde que superen un total de 30 minutos por quincena.
Tampoco existe acuerdo para la compensación mensual que se paga por quebranto de caja, que hoy es de $ 600 y Fuecys reclama que se lleve a $ 2.000.
El gremio encontró la negativa del sector empresarial para otros reclamos, como la reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario a 40 horas semanales con dos días de descanso (hoy se trabajan 44 horas semanales con día y medio de descanso), el pago doble los domingos y el pago de un aguinaldo especial a fin de año en las cadenas, que aún no tienen incorporado el beneficio.
Los "trancazos" comenzaron hace una semana y prometen extenderse en la medida que no haya una solución para sus reclamos. Esta situación preocupa a los operadores turísticos ante el inminente comienzo de la temporada estival.
Con información de El Observador