El progresivo distanciamiento de Uruguay respecto a sus dos grandes vecinos, especialmente respecto a Argentina, pero también a Brasil, le está dando réditos a la nación de la banda oriental del Río de la Plata.
El Político
En términos económicos esto se ha visto en los últimos años y vuelve a apreciarse ahora, en medio de la pandemia de Covid-19, también en relación a la crisis sanitaria.
A pesar de la pertenencia de esos tres países, junto con Paraguay, al mercado único de Mercosur, la dinámica entre ellos no está conduciendo a una mayor integración. Por el contrario, Uruguay está encontrando ventaja en el distanciamiento.
Es lo que el anterior presidente uruguayo, Tabaré Vásquez, llamó el «desacople»: separarse suficientemente de argentinos y brasileños para que los ciclos y las turbulencias de sus economías, singularmente la de los primeros, no arrastre hacia abajo también a los uruguayos.
15 años de crecimiento
Así, Uruguay ha tenido quince años de crecimiento económico sostenido, frente a los números rojos registrados en varias ocasiones por sus vecinos. En la última década, Argentina tuvo crecimiento negativo en cinco ejercicios (2012, 2014, 1016, 2018 y 2019) y Brasil en dos (2015 y 2016).
En dos de esos años (2015 y 2019), el producto interno bruto (PIB) uruguayo se acercó al 0, pero evitó la cifra negativa. Eso ha hecho que los niveles de deuda pública de Uruguay se mantengan controlados (63,5% del PIB en 2018), frente a su clara alza en el caso de Brasil (87,9% del PIB) y de Argentina (86,1%).
Para 2020, en un contexto de colapso económico mundial, se prevé que la economía uruguaya esta vez retroceda, pero su caída será menor (–4,5% del PIB) que la brasileña (–5,8%) y la argentina (–11,8%), de acuerdo con las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por otra parte, Uruguay ha tenido la menor incidencia de la pandemia de toda América, con apenas 5.716 positivos y 76 muertos (casos acumulados hasta finales de noviembre), frente a los 6,3 millones de contagios en Brasil y 172.833 muertos; y los 1,4 millones de infecciones en Argentina y 38.473 muertos.
Cierto que la población de Uruguay es mucho más reducida, pero la incidencia en términos relativos es también claramente menor, ya que es veinte veces menos en Uruguay que en Argentina.
Menos comercio con Mercosur
Debido a la vecindad y al impulso de la creación de Mercosur en 1991, la relación de Uruguay con Argentina y Brasil llegó a acaparar la mitad de su comercio. En el año 2000, del total de exportaciones uruguayas el 21,8% iba a Brasil y el 15,6% a Argentina; en 2018 esas cifras se habían reducido a la mitad y a un tercio, respectivamente (a Brasil exportó el 12,8% y a Argentina el 5,09%).
Frente a lo que es habitual en miembros de grandes asociaciones comerciales, en Mercosur el intercambio de productos dentro del propio bloque se ha ido reduciendo, de un modo drástico en el caso de Uruguay.
Si España o Portugal, por ejemplo, venden por encima del 60% de sus exportaciones al resto de la Unión Europea, en el caso de Uruguay respecto al resto de Mercosur la cifra pasó del 40,53% en 2000 al 19,53% en 2018 (las importaciones son algo mayores).
Destino: China
El primer destino de las exportaciones uruguayas ahora es China (22,8%), por delante de Brasil, y las ventas a Estados Unidos de América y Países Bajos están por encima de las destinadas a Argentina.
Esa tendencia es abiertamente contraria a la idea de una revitalización de Mercosur que se impuso con el triunfo electoral de Mauricio Macri en Argentina (2015) y luego de Jair Bolsonaro en Brasil (2018).
El cambio después a Alberto Fernández en Buenos Aires (2019) parecía poder contrarrestarse en parte por la dinámica que podía traer el acceso a la presidencia de Uruguay de Luis Lacalle Pou (2020), pero Montevideo se considera satisfecho con su «desacople».
Cortó relaciones con Venezuela
El deseo de Uruguay de no dejarse arrastrar hacia el abismo por sus socios de Mercosur se ha visto también en su relación con Venezuela. La conjunción de gobiernos de izquierda y la orientación más política que económica de Mercosur propició la incorporación a ese club de la Venezuela de Hugo Chávez (esa adhesión está hoy en suspenso).
La llegada del Frente Amplio, de tendencia izquierdista, al poder en Uruguay facilitó un acuerdo en 2006 para la compra a la estatal venezolana PDVSA de unos 4,2 millones de barriles de petróleo al año, lo que suponía un tercio de las importaciones de crudo uruguayas.
Sin embargo, las dificultades después de Venezuela en cumplir con la entrega convenida de crudo llevaron diez años después al propio gobierno del Frente Amplio a pagar cuanto antes las obligaciones contraídas con Caracas y cortar esa relación comercial con un socio cada vez más problemático.
Uruguay volvió entonces a nutrirse especialmente de petróleo de Angola, que es un proveedor más fiable y que le ofrece mayores ventajas logísticas.
Fuente: ABC