Con el objetivo de evitar episodios de abusos entre estudiantes dentro y fuera de los campus, la Universidad Católica elaboró una serie de políticas que fueron incluidas en un informe que fue aprobado el viernes. Según detalló a El Mercurio el rector de la institución, Ignacio Sánchez, la medida se adoptó luego de percibir que no se estaban usando herramientas oficiales de la casa de estudios para hacer las denuncias y abordar este tipo de situaciones.
"Nos dimos cuenta de que no estaba la confianza, no estaban los canales disponibles, y la gente pensaba que iba a quedar muy identificada y que no había confidencialidad", dijo, agregando que por ello se ordenó que se constituyera una comisión -formada por ocho mujeres y cuatro hombres- para abordar el tema y elaborar un protocolo de acción. Sánchez agrega que con esta política sobre situaciones de violencia sexual se busca "dar prevención, educación y reflexión de lo que significa el cuidado de cada uno, el respeto por el otro".
También que "la víctima sepa dónde acudir, y hagamos un adecuado proceso, acompañamiento y que los culpables tengan un juicio justo, pero que raye a evitar que esto se repita". El rector puntualiza que "hay que tener una valentía institucional de decir ‘aquí hay un problema’, porque la sociedad tiene el problema, no porque una universidad lo tenga y otra no. Y la primera etapa de solucionar los problemas es reconociéndolos".
El informe fue aprobado el viernes después de cinco meses de trabajo y consta de cuatro ejes: prevención, reglamentos, protocolos de acción y acompañamiento. Ello, con el objetivo de lograr instalar el autocuidado y de esta manera, disminuir episodios de violencia sexual. Lo anterior será incluido en los programas de inducción de todos los estudiantes y funcionarios, estableciendo qué situaciones son de riesgo. Además, el informe de la comisión establece que se buscará mantener ambientes seguros, con adecuada iluminación y guardias, sobre todo en fiestas y actividades festivas.
En cuanto a los apoyos, el documento estipula que habrá redes para las víctimas, que van desde contactos con clínica jurídica, hasta respaldo psicológico, en la universidad o fuera del plantel. Y desde ya están establecidos los protocolos de acción para las investigaciones y se revisaron las leyes para ver en qué casos se tenía que denunciar a la justicia. La universidad, adempás, organizará una red de apoyo, con las distintas unidades de salud que dispone, para asistir a las víctimas, y para aquellas que podrían querer apoyo fuera de la institución, se les orientará para que lo obtengan. Mayoría de los abusos ocurre entre pares El informe de la comisión define ciertos principios para elaborar su política de acción.
Así, uno de los primeros puntos que establece es que, según investigaciones, el 90% de las víctimas de violencia sexual son mujeres, y nueve de cada 10 conocían a su agresor. En el documento se señala que, en contextos universitarios, la violencia sexual se puede dar entre pares (sean estudiantes, académicos o funcionarios), o bien en relaciones asimétricas. Se añade que también se trata de violencia sexual "si la persona no está en condiciones de dar su consentimiento, por ejemplo, cuando está bajo los efectos o la influencia del alcohol". Además, el texto establece protocolos de acción según el tipo de denuncia que se recibe.
Por ejemplo, si la víctima es menor de edad (en el plantel hay jardines infantiles, visitas, preuniversitario, entre otros), hay una obligación de denunciar los hechos al Ministerio Público. Otro punto que se abarca es que las situaciones de violencia sexual no solo ocurren en la universidad, sino que pueden suceder fuera de los campus. "Se comprenden todos los delitos que afectaren a los alumnos", dice el informe.
Con información de Emol