Japón, al mejor estilo ambibalente, aceptó apoyar las medidas encaminadas a reducir la dependencia del petróleo ruso.
Mario A. Beroes R./El Político
El gobierno nipón, precisó que adoptará los pasos oportunos de manera gradual con el fin de minimizar el impacto sobre los hogares y empresas niponas.
La declaración del primer ministro, Fumio Kishida, deja en claro que no se abandonarán los proyectos energéticos compartidos con Moscú.
“La unidad del G-7 es el momento más importante y, con base en la declaración de los líderes, decidimos tomar medidas para embargar el petróleo ruso en principio”, había anunciado Kishida anteriormente en su cuenta oficial de Twitter.
"Medidas graduales"
El primer ministro japonés aseguró que Japón adoptará medidas para eliminar gradualmente la dependencia de la energía rusa “de una manera que minimice los efectos adversos en la vida y las actividades comerciales de las personas.”
Pero subrayó que el plan para mantener los intereses de Japón (en los proyectos compartidos) “permanece sin cambios”.
En 2021, el petróleo procedente de Rusia representó el 3,6 % del total de las importaciones de crudo de Japón, por detrás del suministro proporcionado por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Catar, que en conjunto proveyeron al país nipón de alrededor del 90 % de sus necesidades de petróleo.