Donald Trump se ha convertido en el primer presidente de la historia de Estados Unidos en ser sometido dos veces a juicio político, y es uno de los tres que han enfrentado un proceso de impeachment.
El Político
La línea más reciente que cruza Trump vuelve a desafiar el aura de la presidencia estadounidense, nutrida en la infalibilidad de George Washington pero humanizada una y otra vez.
A través de escándalos nacidos de la codicia, el abuso de poder, la corrupción, la ingenuidad, el sexo y las mentiras sobre las relaciones extramaritales, reportó AP.
Caso de Andrew Johnson
Andrew Johnson fue el primer presidente de Estados Unidos en enfrentarse a un proceso de impeachment.
Con el recuerdo de la Guerra Civil aún fresco, el presidente Andrew Johnson, demócrata, se enfrentó muy a menudo con el Congreso, entonces en manos de los republicanos, sobre cómo reconstruir el derrotado sur de Estados Unidos.
Los "republicanos radicales" de este período presionaron para aprobar una legislación que castigara a los ex líderes confederados y para proteger los derechos de los esclavos liberados.
Mientras, el presidente había concedido indultos a estos generales. Johnson utilizó su veto presidencial para bloquear sin descanso los esfuerzos republicanos.
Warren Harding
Algunos historiadores se preguntan sobre el destino del presidente Warren Harding si no hubiera muerto en el cargo, en 1923.
Numerosos funcionarios a su alrededor habrían sido implicados en varios delitos, incluso su secretario del Interior, Albert B. Fall, cuyas transacciones corruptas de tierras se conocieron como el “escándalo de “Teapot Dome”.
“Los muros se estaban cerrando a su alrededor”, dijo de Harding el historiador presidencial Douglas Brinkley. En Estados Unidos, el secretario del Interior es un cargo que corresponde con el de director del Departamento de Recursos Naturales en otros países.
John F. Kennedy
En el otoño de 1963, el vicepresidente Lyndon Johnson había caído en desgracia en la administración de John F. Kennedy y estaba en posibles peligros con la justicia porque su ayudante principal, Bobby Baker, estaba bajo investigación por tratos financieros y tráfico de influencias.
Johnson, con una historia propia de finanzas cuestionables, negaba cualquier vínculo cercano con un hombre al que alguna vez dijo amar como a un hijo.
En la mañana del 22 de noviembre de 1963, la revista Life estaba organizando una investigación y las audiencias del Congreso acababan de empezar. Sin embargo, en cuestión de unas horas, Kennedy había sido asesinado, Johnson había jurado como su sucesor y el interés por los asuntos de Baker esencialmente cesó.
Caso de Richard Nixon
Richard Nixon estuvo a punto de pasar por el proceso de impeachment por el robo en 1972 en la sede del Partido Demócrata en el complejo de oficinas de Watergate en Washington DC.
Cuando las investigaciones revelaron que a los ladrones se les había pagado con fondos de la campaña de reelección de Nixon, el escándalo de Watergate se extendió mucho más allá de ese allanamiento e implicó a altos funcionarios de la Casa Blanca.
Durante casi dos años, Nixon luchó por encubrir su papel en la conspiración, lo que con el tiempo provocó su caída.
El 27 de julio, el Comité Judicial de la Cámara votó a favor de aprobar tres artículos de juicio político (obstrucción de la justicia, abuso de poder y desacato al Congreso) y los envió a la Cámara para su votación completa. Pero, la votación nunca se llevó a cabo.
El 8 de agosto de 1974, Nixon dimitió.
Sigue siendo el único presidente de Estados Unidos en la historia que lo ha hecho.
Bill Clinton
Un año después de asumir el cargo, Bill Clinton fue investigado por un fiscal especial del Departamento de Justicia.
Con el fiscal especial Kenneth Starr, el alcance de la investigación sobre los negocios inmobiliarios se amplió en enero de 1998 para incluir el asunto del presidente con la exbecaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky.
El 17 de enero, bajo juramento, Clinton negó tener una relación con el exasistente de la Casa Blanca.
En diciembre de 1998, la Cámara de Representantes votó, siguiendo las líneas del partido, para acusar a Clinton por dos cargos: perjurio y obstrucción al Congreso.
En febrero, Clinton fue absuelto por el Senado controlado por los republicanos.