El presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó que Susan Rice, antigua asesora de seguridad nacional, podría haber cometido un crimen al tratar de identificar a algunos de los colaboradores del mandatario utilizando los servicios de espionaje estadounidenses, informó hoy el New York Times.
Trump apuntó en una entrevista con el diario que otros funcionarios de la Administración de su predecesor, Barack Obama, podrían estar también involucrados en el supuesto delito, aunque no expuso las razones ni pruebas de esta acusación.
"Es una historia muy grande para nuestro país y para el mundo. Una de las mayores historias de nuestro tiempo", subrayó Trump en la entrevista, concedida en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
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El mandatario no quiso tampoco aclarar si había tenido acceso personal a nueva información de las agencias de inteligencia que apoyan estas acusaciones, ni qué crimen exactamente habría cometido Rice, pero dijo que explicaría sus afirmaciones "en el momento adecuado".
Trump validó de esta forma las acusaciones vertidas contra Rice esta semana, que se refieren a que la exasesora utilizó a agencias de inteligencia, que recogieron actividades de algunos de los colaboradores del actual mandatario en la campaña electoral de 2016, para tratar de identificar a estos aliados.
Las declaraciones de Trump contra Rice y la Administración de Obama se producen un día después de que la exasesora se defendiera este martes públicamente de esta información, vertida por varios medios de comunicación estadounidenses.
"La alegación es que, de alguna manera, la Administración de Obama usó información de inteligencia por motivos políticos. Eso es absolutamente falso", declaró ayer Rice a la cadena MSNBC.
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El diario apuntó hoy, por su parte, que el hecho de que un asesor de seguridad requiera las identidades de ciudadanos estadounidenses que son mencionados en informes de inteligencia "es legal y no es inusual".
Esta semana, el exfiscal Joseph diGenova afirmó en la web conservadora The Dailly Caller que Rice ordenó a las agencias de inteligencia estadounidenses que elaboraran "hojas de cálculo" de llamadas telefónicas "legales" hechas por Trump y sus colaboradores.
"Las conversaciones escuchadas no implicaron ninguna actividad ilegal de ninguno de los colaboradores de Trump o de aquellos con quienes hablaban. En resumen: la única actividad aparentemente ilegal fue el desenmascarar a las personas de las llamadas", indicó diGenova, sin aportar pruebas.
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Otros medios, como Fox News y Bloomberg, informaron ayer de que Rice demandó los datos de inteligencia recopilados en una operación muy organizada.
De acuerdo con Fox News, que citó "múltiples fuentes" sin precisar, la petición de Rice era parte de una "vigilancia electrónica" a Trump y personas de su círculo más próximo, incluidos miembros de su familia, durante un año antes de jurar el cargo como presidente de EE.UU., el pasado 20 de enero.
EFE