España se ha convertido en el insospechado escenario de una batalla internacional que mantienen desde hace más de una década un controvertido banquero camerunés y el Estado de Guinea Ecuatorial. La pelea judicial por una antigua disputa comercial en Malabo se ha trasladado casi en secreto al aeropuerto de Madrid-Barajas, donde agentes judiciales llevan días intentando precintar uno de los aviones de la compañía de bandera ecuatoguineana.
La justicia española ha accedido, en contra del criterio del Ministerio de Exteriores, a la petición de Yves-Michel Fotso, empresario camerunés actualmente en prisión por un delito de estafa, para embargar los bienes en España del país que preside Teodoro Obiang Nguema. El objetivo es el avión Boeing 777 con el que la aerolínea ecuatoguineana Ceiba Internacional cubre cuatro veces a la semana el trayecto Madrid – Malabo, según ha podido saber El País.
Los primeros perjudicados por esta orden de embargo han sido los pasajeros de la aerolínea. Ceiba ha cancelado una decena de vuelos y ha dejado en tierra a más de 1.500 viajeros, según sus datos. La compañía intenta evitar que el Boeing pise territorio español, por lo que ha tenido que alquilar otras aeronaves para que cubran algunos de los trayectos que acomoden a los pasajeros que no han podido volar cuando debían.
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El conflicto ha pasado por varios países europeos antes de llegar a España. Fotso ha dirigido desde la cárcel de Yaundé en la que cumple una condena de 25 años varias ofensivas judiciales para intentar que Guinea Ecuatorial le pague una supuesta deuda multimillonaria.
Fotso, hijo del magnate nonagenario Victor Fotso, intentó establecerse como banquero en Guinea Ecuatorial a principios de los años 2000. Su intención era crear una filial del Commercial Bank of Cameroun, que iba a llamarse Commercial Bank Guinea Ecuatorial (CBGE). Primero obtuvo una autorización administrativa. Alquiló edificios, hizo reformas, contrató personal… Pero cuando estaba a punto de abrir, el Estado decidió que no podía haber dos bancos cameruneses operando a la vez en el país.
El hijo del primer multimillonario camerunés emprendió entonces una cruzada arbitral y judicial que le ha llevado por medio mundo pero que, por ahora, no le ha permitido recuperar el dinero invertido, o eso asegura. El tribunal arbitral africano de la OHADA, en Libreville (Gabón), le dio la razón en 2009 y condenó a Guinea Ecuatorial a pagarle más de 45.800 millones de francos CFA, unos 70 millones de euros, por perjuicios y lucro cesante.