Un juez estadounidense detuvo las deportaciones de todos los ciudadanos iraquíes -algunas de las cuales estaban programadas para este martes- con el argumento de que podían ser torturados o asesinados si retornaban a su país.
El juez federal Mark Goldsmith hizo extensivo este lunes a todo el país una orden precedente que concernía mayormente a cristianos caldeos, que fueron detenidos en operaciones anti-inmigrantes en el estado de Michigan, alarmando a la comunidad iraquí local.
El juez dijo que su última orden detiene temporalmente los procedimientos de deportación contra unas 1.444 personas en Tennessee y Nuevo Mexico, 85 de las cuales iban a ser deportadas este martes.
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La resolución del juez tiene lugar cuando el gobierno se prepara para bloquear el ingreso a Estados Unidos de ciudadanos de seis países predominantemente musulmanes, después de que la Corte Suprema autorizara la entrada en vigor transitoria y parcial del controvertido decreto migratorio del presidente Donald Trump.
El fallo del máximo tribunal no es definitivo, pues debe pasar por una nueva audiencia.
Washington y Bagdad acordaron en marzo el retiro de Irak de la primera lista de países de mayoría musulmana cuyos ciudadanos se prohibía ingresar a a Estados Unidos, a cambio de que el gobierno iraquí se comprometiera a recibir a migrantes deportados.
Más de 100 ciudadanos de Irak con antecedentes criminales fueron arrestados en el área Detroit a principios de mes y están a la espera de ser deportados a su país que tiene una historia de hostilidad religiosa.
Fuente: AFP.