Tras años de aislamiento, las autoridades iraníes intentan con ambiciosos planes y eventos internacionales mejorar la imagen exterior del país y convertirlo así en un destino turístico de referencia, un objetivo con muchos retos por delante.
Atractivos no le faltan a Irán. 21 lugares Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco, entre ellos la famosa Persépolis, y una naturaleza diversa que invita tanto a los apasionados de la montaña como del desierto. Pero esto a día de hoy no está por si solo atrayendo en masa a los turistas.
Para darse a conocer a nivel mundial y despejar los temores de los extranjeros, Teherán ha acogido en tan solo dos semanas tres importantes eventos internacionales relacionados con el sector: una convención de guías, la feria de turismo y una conferencia de inversores y hoteleros.
"Ve Irán diferente" era el lema de la Feria Internacional de Turismo de Teherán, en la que se destacó que el país es seguro y no sufre la lacra del terrorismo como otros de Oriente Medio.
Una imagen más afable de Irán mostró el acuerdo nuclear, alcanzado entre Irán y seis grandes potencias en julio de 2015, que supuso un cambio de ciclo para la industria del turismo al diluir las trabas diplomáticas y comerciales.
En opinión del encargado de relaciones públicas de la Corporación de Desarrollo del Turismo de Irán, Reza Salehi, el pacto nuclear "ha ayudado mucho en el auge del turismo", pero en sí mismo no es suficiente.
El plan del Gobierno iraní es llegar a los 20 millones anuales de turistas en 2025, lo que reportaría unos ingresos de 30.000 millones de dólares, según las estimaciones de la Organización de Patrimonio Cultural y Turismo de Irán.
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La directora comercial de Parsian explicó que para atender la mayor demanda y ponerse a la altura de las exigencias de los huéspedes están llevando a cabo "un proceso de reforma de acuerdo a los estándares internacionales".
Lograr estos estándares y disponer de más hoteles -entre 2014 y 2015 fueron construidos once- es uno de los retos de las autoridades iraníes, que buscan inversores para esta empresa y están ofreciendo incentivos como la reducción de impuestos.
Según los datos ofrecidos la semana pasada en la Conferencia de Hoteles e Inversión en Turismo, solo 13 de los 96 hoteles de Teherán están clasificados como de cuatro o cinco estrellas, aunque ya hay compañías internacionales como Accor y Melia embarcadas en proyectos.
La directora de la agencia de viajes Mahe Asal, Fariba Alemzadeh, reconoció a Efe que tienen "dificultades" para efectuar reservas por el alto porcentaje de ocupación hotelera, lo que no ocurría antes.
La mayoría de sus clientes son europeos. El recorrido "habitual" es la visita a las ciudades históricas de Isfahán, Shiraz y Tabriz, sobre todo para los visitantes de más de 50 años, mientras que los jóvenes -señaló Alemzadeh- demandan también excursiones por las montañas y el desierto.
EFE