El cirujano ortopédico y congresista republicano Tom Price logró un discreto apoyo del Senado de EE.UU. para convertirse en el nuevo secretario de Salud del Gobierno de Donald Trump, un cargo desde el que dirigirá el desmantelamiento de "Obamacare", el legado más preciado de Barack Obama.
Lea también: Costo del muro de Trump duplica lo prometido en campaña presidencial
El trámite de la confirmación en el Senado fue un camino lleno de espinas para Price, al que los demócratas obstaculizaron cada paso hasta llegar a la votación de hoy, de madrugada, de la que salió con un margen de 52 a favor (todos los republicanos) a 47 en contra, el mismo resultado del miércoles para el fiscal general, Jeff Sessions.
Tan solo la secretaria de Educación, Betsy DeVos, lo tuvo más difícil tras necesitar el socorro del vicepresidente de EE.UU. y presidente del Senado, Mike Pence, para decantar un empate a 50 propiciado por el voto contrario de dos senadoras republicanas, Susan Collins y Lisa Murkowski.
Transcurridas tres semanas en el cargo desde que fue investido presidente el 20 de enero, Trump ha visto solo la confirmación de ocho de sus nominados para formar el Gobierno, mientras que otros trece siguen recorriendo sus particulares sendas de espinas en el Senado.
Se trata de una situación insólita ya que normalmente los candidatos a ocupar un cargo de tal importancia suelen ser aspirantes que puedan contar con el consentimiento de ambos partidos.
A Price, los demócratas lo boicotearon primero en el Comité de Finanzas del Senado, del que se ausentaron para evitar un quórum con el que la mayoría republicana pudiese darle luz vede en el primero de los dos trámites en la Cámara Alta, unas maniobras muy criticadas por Trump.
Lea también: Misterioso tuit de Hillary Clinton sobre fallo contra veto migratorio de Trump
Los demócratas reclamaban más explicaciones por la supuesta compra de acciones de unas farmacéuticas que realizó Price días antes de apoyar una legislación en el Congreso que las beneficiaría, por lo que le acusaron de hacer un mal uso de información privilegiada.
Con información de EFE