El Político.- El 20 de enero de 2017, el presidente Nicolás Maduro anunció la creación del ‘Carnet de la Patria‘, el cual, inicialmente tenía como metas, “ser un instrumento de impulso de la gestión de Gobierno, acelerar los tiempos de respuesta de la gestión, tecnologizar su acción y obtener datos estadísticos sobre la población y su participación en las misiones”, por lo que sería como la segunda cédula de identidad de cada venezolano.
Tras su implementación, empleados públicos denunciaron amenazas por parte de sus superiores ante la negativa de inscribirse en el sistema para obtener el documento. Pocas semanas después, hospitales y bancos se sumaron a la obligatoriedad de poseer el documento y lo exigieron como un requisito indispensable para atender a los pacientes o para procesar créditos y otros servicios bancarios, lo que generó una ola de rumores acerca de los verdaderos motivos por los que el Ejecutivo habría impuesto este “milagroso” sistema.
Lea También: Desgarrador 20 niños al mes son atendidos por desnutrición grave en Venezuela
Billetera Móvil’ para pagar los CLAP
Ahora, una nueva herramienta del carnet confirma lo que desde hace meses se especulaba, y es que con la ‘Billetera Móvil‘, que se aplicará a través del código QR de cada identificación, los venezolanos tendrán acceso a los alimentos distribuidos a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), así como a un seriado de bienes y servicios que, solo se podrán cancelar a través de este sistema.
“La taquilla será el teléfono celular como medio de validación. En Venezuela existen más de 16 millones de equipos móviles activados y más de 15 millones de personas que poseen el Carnet de la Patria”, aseguró el presidente de la estatal Cantv, Manuel Fernández, a través de un comunicado de prensa.
La ‘Billetera Móvil’ y ‘La Libreta’ cubana
En el año 1963, en Cuba, un sistema similar fue impuesto por Fidel Castro, quien “para enfrentar la escasez de alimentos y la especulación en los precios”, creó “La Libreta de Racionamiento“, con la cual, los cubanos podían acceder a los alimentos de primera necesidad a un costo reducido debido al subsidio por parte del Estado. Pero con el paso de los años, lo que parecía ser una solución ante la hambruna del pueblo, pronto se convirtió en un sistema obligatorio al que toda familia debía pertenecer, y así, el Gobierno podía controlar las necesidades de cada miembro.
Mensualmente, los ciudadanos son obligados a comer: 5 huevos, 2 kilogramos de arroz, 200 mililitros de aceite, 100 gramos de café mezclado con chícharo tostado, 1 kilogramo de azúcar blanca, 450 gramos de azúcar morena, 200 gramos de frijoles, 1 caja de fósforos, 450 gramos de pollo y 340 gramos de “pollo por pescado” (se eliminó el pescado y lo sustituyen con pollo). Además, cada seis meses, los cubanos pueden comprar 1 kilogramo de sal y diariamente reciben 80 gramos de pan. El resto de los productos de la canasta, deben ser adquiridos a costos no subsidiados que representan sumas impagables para la mayoría, a excepción de quienes reciben dólares de familiares que están en EE.UU., o extranjeros que visitan el país.
De resto, todas las familias se ven sometidas al control de la libreta, la cual, tiene un valor equivalente a 20 dólares mensuales, que pueden ser consumidos únicamente en los locales habilitados y asignados por zona, es decir, “si una persona lleva la libreta a otra bodega, simplemente no le despachan ninguna mercancía. En ella se anota con tinta cuando se recibe un determinado producto y se deberá esperar al mes siguiente para volverlo a recibir”.
¿Le espera lo mismo a Venezuela?
Desde la implementación del “Carnet de la Patria”, surgieron férreos críticos que aseguraban que este sistema, al igual que el de los CLAP, contribuiría a la limitación de los venezolanos sobre decidir qué comer o dónde adquirir los alimentos y otros productos. “Nuestro único sistema de Gobierno será el carnet de la Patria”, reconoció en días pasados Tareck El Aissami.
Además, en diversas alocuciones, Maduro se ha referido al carnet como el sustituto de la cédula de identidad de los venezolanos, por lo que hasta los menores de 18 años, deben poseerlo. “Lanzo el programa de reforzamiento de becas de educación media (…) para detectar realmente donde tenemos que llegar con mayor precisión”, acotó en febrero el mandatario nacional, quien insistió en que los 40 mil beneficiarios debían poseer el Carnet de la Patria.
Al igual que la libreta en Cuba, el ‘Carnet de la Patria’ en Venezuela, está en vías de convertirse en un sistema de control gubernamental con el que millones de familias, ante la crisis económica que ha desembocado en la escasez de alimentos y rubros de todos los sectores, se verán incitadas a adquirir únicamente lo que ofrece el Gobierno nacional.
Vía ElCooperante