Los embargos y demandas contra los activos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se han sumado al vencimiento de los bonos de la deuda externa, lo que ha puesto contra la pared al régimen chavista que ya asolo actúa a la defensiva.
El Político
La credibilidad de Maduro es poca, ya nadie confía en su promesa de pagar las deudas como lo había hecho antes cuando pagaba más de 25.000 millones de dólares anual para cubrir los vencimientos de los bonos a gastos de la importación de medicinas de los venezolanos.
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Hay 82 buques petroleros anclados en aguas territoriales de Venezuela que no pueden salir para vender el crudo nacional por temor a que su carga sea decomisada por los acreedores, especialmente por Conoco Philips.
Por otro lado, la estatal Pdvsa, siendo una de las corporaciones petroleras mundiales más famosas, el cual depende el 96 % de los ingresos del régimen, vive amenazada por los embargos de las empresas transnacionales como es el caso de Conoco Philips, el cual fue expropiada en 2007 por Hugo Chávez, pero nunca canceló sus operaciones.
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Conoco Philips decomisó las cuentas de Pdvsa en Curazao, viéndose en la obligación la corporación venezolana a parar su producción. Además embargó las cuentas de la refinería de Korsow, dueño de las instalaciones, y de Curoil, dueña de las bombas de distribución de combustible.
Todos los días brotan nuevas demandas por parte de los acreedores o de los bancos que exigen el pago de bonos ya vencidos o por vencer, lo que aumenta las deudas; el régimen sólo responde que «les va a pagar», pero no lo hace.
Con información ABC