El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado el nombramiento de Thomas Homan como el nuevo "zar de la frontera" de su administración, un cargo que asumirá a partir del 20 de enero.
Homan, quien ya fue director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante la primera gestión de Trump, será responsable de supervisar la política migratoria y la seguridad fronteriza del país, incluyendo las fronteras sur y norte, así como la seguridad marítima y aérea.
Originario de Nueva York, tiene una extensa carrera en el ámbito de la seguridad y control migratorio.
Comenzó su trayectoria como agente fronterizo y ascendió a posiciones de liderazgo en ICE.
Durante su mandato, fue un firme defensor de la controvertida política de "tolerancia cero", que resultó en la separación de miles de familias migrantes en 2018.
Enfoque hacia la inmigración
En su nuevo rol, Homan se enfocará en implementar lo que Trump ha descrito como "la mayor operación de deportación en la historia del país". Esto incluirá la deportación masiva de inmigrantes indocumentados, comenzando por aquellos con antecedentes criminales o que representen una amenaza para la seguridad nacional.
A diferencia de su anterior gestión, Homan ha afirmado que esta vez se buscará mantener la unidad familiar durante el proceso de deportación, evitando las separaciones que marcaron su anterior administración. Ha expresado que sus operaciones no serán "barridos masivos" en barrios residenciales, sino detenciones selectivas basadas en investigaciones previas sobre individuos específicos.
Además, ha criticado las ciudades santuario que limitan la cooperación con las autoridades federales en temas migratorios, argumentando que estas políticas crean refugios para quienes violan las leyes migratorias
Reacciones ante el nombramiento
El anuncio del nombramiento ha generado diversas reacciones. Mientras algunos consideran a Homan un aliado clave para llevar a cabo las promesas migratorias de Trump, otros han expresado preocupaciones sobre las implicaciones éticas y humanitarias de sus políticas. Homan ha defendido sus estrategias como necesarias ante lo que él considera una crisis histórica en la inmigración ilegal.
Con su nombramiento, Homan se posiciona nuevamente en el centro del debate sobre inmigración y control fronterizo en Estados Unidos, donde su influencia podría ser significativa debido a su cercanía con Trump y su historial en ICE.