El turoperador británico Thomas Cook, el segundo mayor del mundo y el más antiguo, se declaró este lunes en quiebra tras fracasar las negociaciones de emergencia que durante el fin de semana llevaba a cabo con su principal accionista, el grupo inversor chino Fosun, y sus acreedores para una inyección de capital que le permitiese seguir operando.
El Político
El acuerdo no llegó, con lo que el turoperador, que emplea a 22.000 personas —9.000 en el Reino Unido—, se vio obligado a pedir la “liquidación obligatoria” y la Autoridad británica de Aviación Civil (CAA) informaba de que Thomas Cook "ha cesado todas sus operaciones con efecto inmediato", dejando a 600.000 clientes en distintos destinos de todo el mundo, segun Reuters. De ellos, 150.000 son británicos —cerca de 70.000 en España—, por lo que el Gobierno británico puso en marcha una gran operación de repatriación —la mayor desde la segunda Guerra Mundial— para traer de vuelta a los clientes con vuelos hacia Reino Unido.
La empresa, con 178 años de historia, quiebra tras un año y medio de deterioro en las cuentas que la dejaron en situación límite. La gota que colmó el vaso fue el fracaso a la hora de asegurar los 200 millones de libras (227 millones de euros) que necesitaba para completar un plan de rescate de unos 1.200 millones diseñado por la empresa y su máximo accionista junto con los acreedores. Tras una jornada completa de reuniones cruciales mantenidas en Londres, los bancos acreedores se negaron a poner esos 200 millones extras, necesarios para asegurar el funcionamiento en los próximos meses, que se añadían a los cerca de 1.000 que Fosun se comprometió a aportar en agosto para salvar la empresa. El Gobierno español siguió de cerca las reuniones e incluso varios hoteleros españoles Iberostar, Lopesan, Protursa, H10 Hoteles o Bahía Príncipe- intentaron reunir esos 200 millones –con idea de capitalizar deuda-, sin éxito, informó Juan Molas, presidente de CEHAT, la patronal hotelera.
El fracaso condujo a que "todas las reservas del Grupo Thomas Cook, que incluyen los vuelos y las vacaciones, han sido canceladas", según anunció la CAA en una nota, en la que informaba de la puesta en marcha de una web especial para los afectados (thomascook.caa.co.uk). En un comunicado, el consejero delegado de Thomas Cook, Peter Fankhauser, se pedía “perdón a nuestros millones de clientes, miles de empleados y socios que nos han apoyado durante tantos años".
La quiebra del operador británico, inventor del paquete todo incluido, que no fue capaz de adaptarse a los nuevos hábitos de los viajeros, supone un golpe muy importante al sector turístico español. Con medio centenar de hoteles de sus enseñas (11.500 habitaciones) en Baleares, Canarias y la Península, España era el principal destino de los clientes de Thomas Cook. Según las cifras de Aena, las distintas compañías aéreas del grupo enviaron a los aeropuertos españoles 3,6 millones de clientes en 2018 (7,2 millones de trayectos, contando ida y vuelta). Este lunes mismo, más de 30.000 clientes del turoperador se encontraban en Canarias, según el Gobierno regional, y otros 40.000, en Baleares, según fuentes del sector turístico.
Fuente: El Comercio