A pesar de todos los defectos que tiene Donald Trump como político, posee ciertas habilidades, entre ellas una capacidad casi preternatural para aprovechar las sensibilidades -el id- de la derecha estadounidense.
El Político
Más que ningún otro candidato republicano en 2016, Trump estaba en sintonía con la base del partido. Todavía lo está, mientras se prepara para lo que parece ser otra carrera hacia la presidencia.
Al regresar a Washington, D.C., por primera vez desde que abandonó la Casa Blanca tras el violento asalto al Capitolio, Trump pronunció un discurso el pasado martes ante el America First Policy Institute (AFPI). Fue anunciado como un discurso de política sobre seguridad pública, reportó The Atlantic.
Pilares del trumpismo
Si las características de los discursos de Ronald Reagan eran el optimismo, la esperanza y la sensación de posibilidades ilimitadas, los discursos de Trump son la antítesis.
Trump es un genio a la hora de explotar el miedo. En su discurso sobre la AFPI, por ejemplo, no retrató a Estados Unidos como una gran nación que se enfrenta a importantes desafíos, sino como una distopía, infernal y desoladora, un "pozo negro del crimen" al borde de la extinción.
Trump habló de calles "plagadas de agujas y empapadas con la sangre de víctimas inocentes", una nación aterrorizada por "lunáticos drogados" y "sádicos que se aprovechan de los niños". Invocó a las bandas violentas "que se ríen mientras apalean la vida de sus víctimas indefensas" y describió a una mujer apuñalada repetidamente y "desangrándose en su propia bañera". Afirmó que las mayores ciudades de Estados Unidos son "zonas de guerra literales".
Narrativa de Trump
Esta sombría narrativa es la que Trump ha utilizado durante muchos años; y el discurso del pasado martes se hizo eco de su discurso inaugural de "la carnicería americana". Pero este discurso fue más sombrío, su retrato de Estados Unidos más aterrador.
Esta oscura visión del mundo refleja el propio temperamento oscuro de Trump. Pero su descripción de Estados Unidos también resuena con muchos en la derecha que creen que Estados Unidos está atrapado en una espiral de perdición. Refuerza la creencia central entre los partidarios de Trump de que las cosas están tan desesperadas que es necesario abrazar la corrupción; y la anarquía de Trump para derrotar a los bárbaros a las puertas (los demócratas).
Trump se está posicionando como el hombre indispensable, un servidor público desinteresado que, debido a su ilimitado amor por América y su gente; renunciará a su vida de comodidad y facilidad para volver a entrar a regañadientes en la arena política.