Muchos especialistas especulan con el estallido de una Tercera Guerra Mundial ante una realidad que parecería estar por llegar a su punto de quiebre. Para explicar el difícil contexto geopolítico que atraviesa el mundo, DEF convocó a algunos de los expertos más relevantes.
Por Patricia Fernández Mainardi – DEF
“Como solemos decir: la Tercera Guerra Mundial es con armas nucleares, la cuarta es con palos”, dijo Fabián Calle, politólogo y miembro del CARI, a DEF durante la entrevista en la que brindó su análisis analizando qué es lo que puede ocurrir y cuáles son los miedos de las principales potencias.
“El mundo está dejando de ser unipolar”
-¿Por qué entramos en un período altamente conflictivo?
-No hubo disputas en los últimos 30 años porque hubo un solo actor. Entonces todos trataban de adecuarse. Pensar que, en el año 2002, Vladimir Putín pidió ingresar a la OTAN, ¡qué épocas! 20 años después atacó Ucrania porque quiere ingresar a la OTAN.
A su vez, hasta 2016 China mantuvo su estrategia de ascenso sigiloso. No asustar, no ladrar y hacer de cuenta que todo era economía y finanzas, y que existía una clase media que iba a socializar China. Sin embargo, eso fue cambiando porque el mundo dejó de ser unipolar para transformarse en bipolar.
-Y esta disputa entre Estados Unidos y China, ¿qué impacto tiene?
-Se suma el ingrediente de competencia estratégica. Volvemos, en cierta forma, a la Guerra Fría, aunque es diferente porque, económicamente, China es muy superior a la Unión Soviética. Otra gran diferencia a tener en cuenta: la URSS y EE.UU. no fueron socios comerciales y financieros.
Un mundo bipolar y sin margen para la traición
-Entonces, ¿hay mayores o menores tensiones?
–Kenneth Neal Waltz cuestionó un principio de los realistas tradicionales, como Morgenthau, que planteaba que la estabilidad venía de la multipolaridad dirigida por líderes y estadistas sabios. Pero la Primera y la Segunda Guerra Mundial fueron en un mundo multipolar. Entonces, eso no estaría andando. Quizá la multipolaridad sirvió en el siglo XIX, pero no en el XX. La bipolaridad es lo más estable.
Él no profetizó, sino que argumentó -con bases teóricas- que la Guerra Fría se iba a desarrollar con múltiples conflictos en la periferia. O sea, se iban a matar en todos lados, pero la bipolaridad reducía la posibilidad de choque directo porque hay poco margen de maniobra. No hay espacio para la traición.
-¿Cómo sería eso?
-Existen factores que potencian el conflicto. Hoy hay un mundo bipolar, y eso es el moderador del conflicto.
Es un bipolarismo con un toque de multipolarismo. Ahora, fijate Rusia: entró a una guerra y pensó que le tomaría 3 semanas. Ya llevan 3 años y no tiene la capacidad de ser autónoma. Entonces se tiene que pegar a China. ¿A dónde voy con esto?, a que hay factores que potencian y que moderan conflictos. Ahora tenemos la posibilidad de que lo que en Ciencias Políticas se denominan chicken games.
–¿Que són los chicken games?
-Fue algo que surgió en la juventud de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. El juego consistía en agarrar dos autos, a 800 metros de distancia, y lanzarlos el uno contra el otro. El que frenaba o doblaba primero era la gallina. Otra modalidad se realizaba en un barranco: el primero que frenaba era la gallina.
Entonces, obviamente, las potencias no quieren enfrentarse bélicamente porque desde 1950 cualquier guerra es nuclear. Como solemos decir: la Tercera Guerra Mundial es con armas nucleares, la cuarta es con palos.
¿Y si nadie frena?
-O sea, siempre hay alguien que puede frenar…
-Ahora, ¿cuál es el problema?, que el ser humano no se maneja con costo-beneficio. Sino no hubiéramos ido a la guerra contra la OTAN. En aquel momento, ¿sabíamos que íbamos a perder?, sí. Entonces, ¿por qué fuimos?, por honor, orgullo y patriotismo.
Un mundo nuclear perfectamente puede escalar a una crisis. Recordemos que en tiempos de la URSS hubo situaciones que no escalaron a un holocausto nuclear por casualidad o por un movimiento de último momento.
Hubo un caso famoso en la década del 80, cuando falló un sistema de computación ruso y ordenó un ataque. El ingeniero militar ruso que tenía que dar la validación humana dudó y no apretó. Quizá todo terminaba en un holocausto causado por un error tecnológico. Y sabemos que estamos yendo a un mundo donde la tecnología decide cada vez más por sí sola, de la mano de la Inteligencia Artificial.
-En todo ese contexto, ¿cuál es uno de los puntos más calientes del planeta?
-Hay flashpoints. Entre los más importantes está el Asia-Pacífico, porque están las dos grandes potencias que se disputan la hegemonía y porque tiene un agregado de gravedad. Por ejemplo, en la Guerra Fría la frontera caliente era Europa. Nadie cruzó. Pero el Asia-Pacífico es un escenario inmenso de islas en donde navegan miles de barcos y se cruzan las soberanías. El país asiático, por ejemplo, no reconoce la soberanía de nadie en el mar de China. Entonces, EEUU, todavía en su rol de dueño del mar, garantiza la libre navegación. Sin embargo, todos los días hay incidentes. No sabemos si eso va a escalar en una guerra nuclear.
Una de las cosas que se está retomando es la comunicación entre el ministerio de Defensa chino y el Pentágono.
“Estos dos años son los de máxima tensión”
-¿Nunca estuvimos tan cerca de un tercer conflicto mundial?
-Desde el 85 en adelante, creo que estos dos años son los de máxima tensión. Hay una guerra en Europa de altísima intensidad, con Ucrania apoyada por la OTAN y una Rusia que usa todo lo que tiene.
Si Rusia siente que pierde, no cabe la menor duda de que va a recurrir a todo lo que tiene. De todas maneras, hasta ahora, Ucrania ha hecho algo impensable: resistir. En ese contexto, dos cosas no van a pasar: Rusia no va a poder conquistar Ucrania y esta no va a poder recuperar todo su territorio.
-¿Qué pensás que puede pasar tras las elecciones en Estados Unidos?
-El año que viene, especialmente si gana Donald Trump, todo indica que va a haber un cese del fuego. Además, Rusia no quiere depender tanto de China. Entonces, Rusia puede decir que conquistó territorio y Ucrania que no lo reconoce.
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De todas maneras, todo parecería indicar que el punto caliente de un conflicto internacional no va a ser Ucrania. No olvidemos que la doctrina rusa incluye el uso de armas nucleares contra cualquiera que amenace la soberanía. Por eso, sin duda, este es uno de los peores momentos geopolíticos de los últimos 40 años.