El teniente Alexis Cifuentes deslindó el pasado lunes toda responsabilidad en la supuesta tramitación irregular de pases en la Policía y, según dijo, se le ha cogido como “chivo expiatorio” para tapar la falta de otras personas inescrupulosas que se han beneficiado con esta situación.
No acusó a nadie, pero desmintió las afirmaciones del teniente Ernesto Montenegro, quien se acogió al procedimiento abreviado y fue condenado a ocho meses de privación de la libertad por su colaboración eficaz con la justicia, después de aceptar su participación en los hechos que se investigan y señalar a los supuestos cabecillas de la organización.
Para Cifuentes, la colaboración de Montenegro no perseguía otra cosa que beneficiarse procesalmente con prebendas jurídicas y rebaja de la pena, echando la culpa a otro con mentiras y engaños para salvarse.
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“Lo triste de todo esto es que autoridades se hayan prestado para hacer caso a la infamia, malicia y temeridad, por la cual 15 policías están procesados”, dijo el procesado, al anotar que la supuesta colaboración eficaz no ha podido sustentarse con ninguna prueba material.
Alegó que los partes informativos en los que se le atribuye haber entregado listados de pases realizados por distintas autoridades, entre ellas el Ministro del Interior y el Vicepresidente de la República, son falsos y fraguados para causarle daño y deslindar la responsabilidad de otras personas.
Cifuentes presentó varias pruebas por las cuales se evidencia que las fechas que se citan en esos partes informativos no corresponden a la realidad, porque él estuvo fuera de Quito y hasta del país, cumpliendo su trabajo en la Presidencia de la República. “Nadie puede estar a la vez en dos sitios distintos”, agregó.
Dijo que al principio se cuestionaba la petición de pases, pero ahora la misma Fiscal dice que pedir los pases no es delito, sino el cobrar, pero hasta el momento no hay ninguna versión de los 1.317 policías que habrían pagado por sus pases. “Nadie puede jugar con la honra y dignidad de una persona”, dijo al señalar que una sola versión no puede ser aceptada como una verdad absoluta.
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