La discordia interna entre los demócratas ha herido el enorme plan de gasto social del presidente Joe Biden, aumentando la posibilidad de que el paquete se estanque, se reduzca drásticamente o incluso fracase por completo.
El Político
Han surgido múltiples problemas. Los demócratas moderados del Senado Joe Manchin y Kyrsten Sinema siguen siendo un gran dolor de cabeza para el objetivo de 3,5 billones de dólares de la dirección del partido.
El parlamentario del Senado acaba de rechazar el impulso que durante años ha dado el partido a la aprobación de una amplia reforma migratoria. Los miembros de la Cámara de Representantes podrían echar por tierra la reforma de los medicamentos recetados que el partido ha impulsado durante años. Y la lucha por la ampliación de Medicare del senador Bernie Sanders continúa, reportó Político.
Temor de los demócratas
Estos vientos en contra amenazan con socavar el impulso de este verano, cuando Biden logró un acuerdo bipartidista sobre infraestructuras en el Senado y encontró el apoyo de todos los rincones de su partido para un presupuesto que establecía su amplio proyecto de ley de gastos.
Ahora, Manchin pide una pausa, los moderados se resisten a los componentes clave de la legislación y una nueva lucha fiscal sobre el límite de la deuda se está calentando.
Esta dinámica hace que los demócratas busquen un reajuste interno tras un debate de meses sobre la agenda de Biden, que se sigue desarrollando públicamente a través de filtraciones, líneas en la arena y peleas sobre la cifra principal.
Problemas para los demócratas
El cúmulo de problemas llega en un momento crítico para el partido y para Biden, que necesita una victoria legislativa en medio de la caída de los índices de aprobación. Pero aunque las encuestas muestran que gran parte de su proyecto de gasto social es popular fuera del Congreso, ganar la aprobación entre las escasas mayorías demócratas ha sido más difícil.
Con un margen de tres votos en la Cámara de Representantes y un 50-50 en el Senado, la presidenta Nancy Pelosi y el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, no pueden permitirse alienar a ninguna de las dos alas de su díscolo partido o, de lo contrario, las posibilidades de cualquiera de las victorias domésticas de Biden podrían evaporarse por completo.
"Ninguno de nosotros sabe hacia dónde va a ir esto", dijo el representante Dean Phillips (demócrata de Minnesota). "Aquí es donde el liderazgo se hace o se rompe, simple y llanamente. Y eso es cierto para el presidente, para los oradores y para los líderes de la mayoría".
Rechazo de propuestas
Los demócratas rechazan ampliamente las propuestas de Manchin para paralizar el plan de gasto social, argumentando que hacerlo es similar a matar el proyecto de ley. Si los demócratas no mantienen el impulso positivo detrás de su esfuerzo para luchar contra el cambio climático, mejorar el cuidado de los niños y aumentar los impuestos a los ricos, les preocupa que todo se venga abajo.
"No se puede detener este proceso. Si lo detienes, no volverá a empezar", dijo el senador Ben Cardin (demócrata de Maryland). "Hay que seguir avanzando, no hay una fecha mágica, pero a medida que se acercan otros plazos, éste se vuelve más difícil".