El presidente brasileño, Michel Temer, afirmó este marts que la recuperación de la economía del país dependerá de la participación del sector privado y de la disciplina fiscal del Gobierno, cuya gasto consideró que es actualmente "insostenible".
Temer inauguró un seminario sobre políticas económicas en la sede de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) y defendió una polémica iniciativa de su Gobierno que propone limitar el aumento del gasto público anual a la inflación del ejercicio anterior.
"Al asumir el Gobierno, recibimos un país con una deuda creciente y constatamos que el nivel de gasto que se consolidó en los últimos años es insostenible", dijo Temer en alusión a la gestión de la destituida presidenta Dilma Rousseff, a quien sucedió el pasado 31 de agosto.
En ese sentido, sostuvo que "es necesario limitar el aumento del gasto de los Gobiernos", que según la reforma que ha presentado al Congreso sería ajustado durante las próximas dos décadas en función del índice de inflación, con la posibilidad de una corrección dentro de diez años.
Los sectores que se oponen a esa propuesta sostienen que, de esa manera, el gasto público ya no tendrá un crecimiento real, lo que limitará la inversión en sectores sociales degradados que demandan mayores recursos, como la educación y la salud.
La propuesta ya ha sido aprobada en la Cámara de Diputados, ha pasado a discusión en el Senado y ha generado una ola de protestas que tiene su mayor expresión entre movimientos estudiantiles, que han ocupado escuelas y universidades en contra de esa iniciativa.
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Temer se refirió indirectamente a esos movimientos y declaró que "un punto fundamental" en "una democracia" es "el diálogo", para el cual aseguró que es necesario "apoyo" y "comprensión".
También reiteró que el Gobierno tiene la "obligación" de volver a contar con la "confianza" de la empresa privada, a la que se ha comprometido a abrirle mayores espacios de inversión mediante la concesión de servicios y obras de infraestructura.
En respuesta a críticas por un programa de privatizaciones que su Gobierno analiza, afirmó que "hay personas que quieren combatir el desempleo", que afecta a doce millones de personas en el país, "pero no quieren incentivar a la iniciativa privada".
Ante un público constituido fundamentalmente por empresarios y banqueros, el mandatario sostuvo que el Gobierno y el sector privado "deben trabajar juntos", pues "solamente así serán superados los dramas que hoy preocupan a todos los brasileños".
En su opinión, si esa mayor participación de la empresa privada en la economía se concreta, para mediados del año próximo habrá una recuperación del empleo y ello incentivará la actividad económica.
De ese modo, garantizó que la economía brasileña recuperará el camino del crecimiento, tras haberse encogido un 3,8 % en 2015 y una nueva caída que para este año se calcula en torno al 3,3 %.
Con información de EFE