El presidente de Brasil, Michel Temer, pidió a más de 200 diputados su apoyo para una enmienda constitucional mediante la cual aspira a congelar el gasto público por 20 años, y dijo que quiere terminar su mandato a fines de 2018 como uno de los "salvadores" de Brasil.
"Estamos cortando en la carne", dijo Temer ante los legisladores en un encuentro celebrado en la noche del domingo, ocasión en la que se centró en el ajuste de gastos que pretende imponer en la cámara baja.
"Estamos haciendo historia, nosotros queremos que en el último día de nuestro gobierno podamos decir que salvamos a Brasil", añadió en un mensaje difundido por Ansa.
La enmienda constitucional recibió un fuerte apoyo de la clase empresarial, que respaldó la iniciativa a través de un aviso pago publicado en los diarios.
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Otros sectores consideran que la iniciativa choca contra la Constitución porque afecta la división de los poderes, al permitir que el Ejecutivo limite los recursos del Poder Judicial.
En el plano político, la discusión se centra en el impacto que tendrá la enmienda en relación a los recursos para las áreas como salud y la educación.
La propuesta de enmienda comenzará a ser tratada esta semana en la Cámara de Diputados, luego de que fuera aprobada en comisión en la noche del jueves, tras diez horas de una sesión tumultuosa, ya que se cambiará incluso el piso recaudatorio que garantiza la actual Carta Magna a los presupuestos de salud y educación, más allá de los niveles de inflación o de recaudación.
"No aceptamos más la inflación y el desempleo porque los más pobres son los que pagan esa factura. Con la aprobación de la propuesta que equilibra las cuentas públicas vamos a superar este momento y a volver a poner a Brasil en el camino de la justicia social con desarrollo de verdad", dijo el ministro de Economía, Henrique Meirelles, al presentar la iniciativa por cadena de radio y televisión.
Con información de Télam