El presidente brasileño, Michel Temer, le pidió hoy a sus colaboradores que adopten medidas preventivas para evitar que se repitan accidentes como el de noviembre del año pasado, cuando un gigantesco vertido de residuos minerales provocó 19 muertes en la considerada mayor tragedia ambiental de Brasil.
El jefe de Estado dijo que el Gobierno está alerta para atender con rapidez cualquier posible nuevo accidente en una reunión en la que, con motivo del primer aniversario de la tragedia, evaluó con algunos de sus ministros y representantes de la sociedad civil la actual situación de la región afectada por el vertido.
"Temer recordó en la reunión que se aproxima el período de lluvias en el sureste de Brasil y que es necesario adoptar todas las medidas para evitar daños a la vida y al medioambiente por nuevos accidentes", afirmó el portavoz de la Presidencia, Alexandre Parola, en una rueda de prensa que concedió después del encuentro.
De acuerdo con su vocero, el gobernante le pidió a sus colaboradores "mantener atención y estar permanentemente atentos para garantizar una rápida acción en caso de necesidad".
La tragedia ocurrida el 5 de noviembre del año pasado fue provocada por la ruptura de los diques de contención de dos depósitos de metales pesados y de agua de una mina de la empresa Samarco en Mariana, ciudad del estado de Minas Gerais (sudeste).
La ruptura causó una gigantesca riada tóxica que provocó incalculables daños a lo largo de 650 kilómetros de la cuenca del río Doce y además dejó a su paso 19 muertos, la mayoría en la propia mina y del poblado de Bento Rodrigues, sepultado por el barro.
Otros seis poblados de Mariana también fueron anegados por el vertido de 62 millones de metros cúbicos de agua y residuos minerales.
Samarco es una minera compartida por la brasileña Vale y la anglo-australiana BHP Billiton, dos gigantes mineros mundiales.
Según Parola, en la reunión de este jueves fue evaluada la situación social y ambiental en la región afectada un año después del desastre.
En el encuentro participaron los ministros de Medio Ambiente, Minas y Energía, e Integración Nacional, así como la titular de la Abogacía General de la Unión, el presidente del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y los gobernadores de los estados de Minas Gerais y Espíritu Santo.
Igualmente, estuvieron presentes representantes de las empresas acusadas de la tragedia y de la Fundación Renova, creada para administrar y ejecutar los programas de recuperación y reconstrucción acordados entre el Gobierno, las víctimas y los responsables por el accidente.
En mayo pasado la Justicia aprobó un acuerdo firmado entre el Gobierno y las mineras responsables que compromete a las empresas a desembolsar unos 20.000 millones de reales (unos 6.250 millones de dólares) a lo largo de la próxima década para resarcir a las víctimas y reparar los daños ambientales.
"La reunión permitió evaluar el estado actual de las medidas adoptadas y reforzó la necesidad de promover la coordinación de las acciones de recuperación conducidas por diferentes órganos", afirmó el vocero de Temer.
El presidente destacó en la cita las medidas ya adoptadas y anunció la puesta en marcha de otras para controlar la calidad del agua en las regiones afectadas y adoptar sistemas de vigilancia y un plan de evacuación de emergencia.
"Al reiterar su solidaridad para con las víctimas y los familiares, el presidente dijo que la normalidad en la región solo será plenamente restaurada cuando las personas afectadas puedan finalmente regresar a sus casas y retomar sus actividades económicas y sociales en el seno de sus respectivas comunidades", dijo Parola.
En octubre pasado la Fiscalía presentó cargos contra 22 personas y 4 empresas acusadas de la tragedia, en su mayoría por homicidio doloso, cuando hay intención de matar, así como por inundación, lesión corporal y crímenes ambientales.
Con información de: EFE