Cada minuto ganado es vital en la crisis política que azota a Brasil y el presidente Michel Temer obtuvo este domingo un respiro cuando su principal socio de gobierno decidió suspender una reunión en la que iba a decidir si le mantenía su apoyo ante sus investigaciones por corrupción.
Si el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) anunciaba hoy su salida, Temer prácticamente quedaba sentenciado a muerte.
La cita de la mesa directiva del partido, convocada con carácter de emergencia, estaba prevista para las 20H00 GMT en Brasilia, pero hacia el mediodía fue misteriosamente suspendida.
En la capital, fuentes políticas dejan entrever que la formación habría atendido un pedido del palacio de Planalto por "más tiempo".
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Con la mirada puesta en las elecciones de 2018, algunos líderes socialdemócratas urgen a abandonar la coalición, como ya decidió hacerlo este domingo la dirección en Rio.
Pero la anulación de la reunión rebajó la presión para Temer, que lucha por su supervivencia política desde que el miércoles el diario O Globo reveló una grabación en la cual presuntamente avalaba comprar el silencio de un exdiputado preso.
Ese audio, incluido dentro de las declaraciones premiadas de ejecutivos de la mayor empresa cárnica del mundo JBS, propició la apertura de una investigación por parte del Supremo Tribunal Federal (STF).
El fiscal general, de su lado, acusa a Temer de "obstrucción a la justicia" para impedir el avance de la operación "Lava Jato" en una trama donde hubo posible corrupción y organización criminal.
Acorralado, Temer contraatacó el sábado. Asegurando que esta grabación está "manipulada y adulterada", pidió al STF que suspenda su investigación hasta que se verifique su autenticidad.
El alto tribunal evaluará su solicitud el miércoles, pero el fiscal general ha pedido que la averiguación no pare.
Mientras, los pedidos de renuncia o de juicio político en contra del mandatario conservador no dejan de aumentar.
La noche del sábado, el colegio de abogados de Brasil (OAB) votó abrumadoramente para presentar un pedido de "impeachment" ante el Congreso, que se suma a otras ocho solicitudes previas.
Con cuatro ministros en el gabinete, 47 diputados y 10 senadores, el PSDB representa un apoyo clave para decidir sobre un eventual destitución de Temer, a sólo un año de la que sacó del cargo a su predecesora, Dilma Rousseff.
Protestas pasadas por agua
Otra buena noticia del día para el presidente fue que las marchas programadas en su contra fueron menos concurridas de lo esperado.
Bajo los lemas de "Fora Temer" y elecciones "Directas ya", cientos de personas se manifestaron en Brasilia, Rio o Sao Paulo convocadas por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva y otras organizaciones izquierdistas.
En la Avenida Paulista, donde se han visto protestas multitudinarias, apenas había esta tarde un millar de personas marchando bajo la lluvia.
"Estamos intentando entender el tamaño de la manifestación, pero yo estoy completamente indignada con la cara dura de nuestros políticos, que continúan haciendo las mismas cosas, como si la gente no existiese", dijo a la AFP la consultora Sandra Basse.
Más allá de los factores climáticos, la menor afluencia de las manifestaciones de este domingo también puede explicarse por la anulación de la convocatoria de las organizaciones de centro-derecha como "Vem pra Rua" que hace un año movilizaron a millones en las calles para exigir el impeachment a Rousseff.
Coalición tambaleante
Durante su año en la Presidencia, Temer ha contado con el beneplácito de economistas e inversores por sus reformas de austeridad, que pretenden sacar al país de la peor recesión de su historia.
Pero con menos del 10% de la población apoyándole, el presidente está viendo tambalear también los soportes políticos que le permitieron aprobar esas medidas.
El jueves, renunció su ministro de Cultura, del Partido Popular Socialista (PPS), y el sábado le abandonó el pequeño Partido Socialista Brasileño (PSB).
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Con el tiempo ganado hasta el miércoles en el STF y el ‘stand by’ del PSDB, Temer intentaba aglutinar fuerzas el domingo en la noche reuniendo a algunos parlamentarios en la residencia presidencial de la Alvorada, en lo que se había dicho que sería una cena mayor.
Muchos, por si acaso, rehojean estos días la Constitución.
Si Temer dejase el poder en esta segunda mitad de mandato, el Congreso debe elegir un reemplazo para que gobierne hasta que se celebren las elecciones de 2018.
No obstante, hay fuertes reclamos tanto de la izquierda como de la derecha para modificar la carta magna y convocar elecciones directas de inmediato.