El presidente de Brasil, Michel Temer, recibirá a un grupo de embajadores de países importadores de carne brasileña para explicarles las medidas adoptadas tras el escándalo de adulteración de ese producto, informaron fuentes oficiales.
La intención del Gobierno es transmitir un mensaje de confianza y asegurar que, a pesar del escándalo, la carne brasileña dirigida a los mercados exteriores pasa por unos estrictos controles de calidad que avalan los productos, dijeron fuentes oficiales.
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Antes, Temer se reunirá con su ministro de Agricultura, Blairo Maggi, y empresarios del sector alimenticio para analizar el impacto que puede tener este asunto en el comercio exterior.
Según datos oficiales, Brasil es el mayor exportador mundial de carne bovina y de pollo y el cuarto en el segmento de porcina.
Las ventas externas de esos tres sectores representaron el año pasado el 7,2 % de dicho comercio, con unos 11.600 millones de dólares.
Entre sus principales destinos de un total de 150 países, están la Unión Europea (UE), China y Estados Unidos, que han pedido explicaciones al Gobierno de Temer sobre el asunto.
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La mafia de adulteración de carne fue desarticulada el viernes en una vasta operación de la Policía Federal, en las que se detuvo a una treintena de agentes públicos y directivos de empresas implicados en el caso.
Sus prácticas implicaban el uso de químicos para mejorar el aspecto de la carne, la alteración de las fechas de validez o la inclusión de alimentos no adecuados para el consumo en la elaboración de embutidos, entre muchas otras irregularidades.
Para intentar minimizar el impacto, el Ministerio de Agricultura reforzó este fin de semana los controles e inspecciones a empresas alimenticias, así como a supermercados y cámaras frigoríficas.
Fiscales de sanidad alimentaria recorrieron las instalaciones de una treintena de empresas que son blanco de una investigación policial y al menos tres procesadoras de carnes fueron clausuradas el sábado, al no ajustarse a las normas de sanidad vigentes.
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"Ese problema afecta y afectará a todos. No sé cuáles serán las consecuencias, pero vamos a tener problemas", reconoció el titular de Agricultura Maggi, poderoso empresario del sector agrícola.
Admitió que el asunto "daña la imagen" de Brasil, pero subrayó que en el país hay 4.000 empresas cárnicas y que, pese a que algunas de las mayores son sospechosas, sólo una treintena está bajo investigación.
Con información de EFE